16.11.06
Castigo Ejemplar a los Sicarios
La Culpta no solo es del chancho sino del que les da de comer...
Según un sumario administrativo fue quien le disparó a Marcelo Bustos Padovani
San Luis (Pelr) 16-11-06. El Dictamen 19 del Subprograma de Gestión Legal, Administrativa y Sumarios, fechado el 8 de junio de 2006 y firmada por su titular el Dr. Horacio G. Zavala Rodríguez (h), que se realizó debido a la Resolución Nº 464 -JP- 2004, la cual ordena el sumario administrativo al Comisario Mayor Eusebio Antonio Moyano, por su participación en la violenta represión policial del año 2004, revela que el autor del disparo de itaka, con perdigones de goma, que dio en el rostro de Marcelo Bustos Padovani, lo habría efectuado el Oficial Carlos Agüero.
El Dictamen dice que “la lesión en el rostro que sufriera el Sr. Bustos Padovani -como se encuentra probado- fue producto de un disparo de un arma de fuego (escopeta tipo itaka) con munición antimotines (perdigones de goma) y que fuera realizada a una escasísima distancia por parte de un efectivo policial que se encontraba cumpliendo la función conjuntamente con otros efectivos de dispersar los manifestantes que había en el lugar”.
El efectivo en cuestión sería el Oficial Carlos Agüero, ya que en la Resolución 464, es sindicado como el autor del disparo por “el Comisario Mayor Héctor Alfredo Moreira, el Subcomisario Arturo Echegaray, el Subcomisario Martín Miguel Fernández, el Subcomisario Julio Mercedes Díaz, el Inspector José Manuel Mercado, el Inspector Juan Alejandro Marizoni, el Sargento Ayudante Lucas Edgardo Rosales y el Oficial Franco Daniel Gil”.
Según el informe, el pelotón desde donde se le disparó a Bustos Padovani, estaba integrado por los siguientes efectivos: “Comisario Mayor Héctor Alfredo Moreira (Jefe del grupo), Subcomisario Martín Miguel Fernández, Subcomisario Julio Mercedes Díaz, Inspector José Manuel Mercado, Sargento Ayudante Lucas Edgardo Rosales” a los que hay que sumarles otro grupo de efectivos pertenecientes al “Cuerpo de Tránsito”.
Zavala Rodríguez asegura un “desgobierno existente en la fuerza policial encargada de restablecer el orden” y cita un párrafo de un informe que realizara sobre el tema el Comisario General Mayor Gerardo Velásquez que dice que “…Fue una situación caótica e inorgánica en el accionar policial. Consecuentemente podemos inferir; que es precipitada a partir del mismo momento en que se produjo una incomprensible deserción y abandono de sus responsabilidades funcionales por parte de los jefes a cargo de los Departamentos de Operaciones, el Crio. My. ENRIQUE ALEJANDRO MIRANDA y del propio Jefe de Unidad Regional Uno (Distrito Metropolitano), el Crio. My. OSVALDO LUISELLI.-…”.
Como capítulo aparte, este párrafo refuerza los dichos del Comisario Mayor Miranda, quien ha asegurado haberse retirado en esa fecha por no querer cumplir órdenes superiores que le habían indicado la represión y echa por tierra las versiones salidas desde el gobierno provincial hace algunas semanas, como represalia por su gestión con los policías cesanteados, que lo quisieron ‘pegar’ como uno de los jefes que había ordenado la represión de 2004.
Más adelante, el encargado del sumario asegura, basándose en pruebas producidas y citando las fojas donde se encuentran, que “es fácil determinar el autor del disparo, por tanto sería éste el Oficial perteneciente -en aquel entonces- a la división tránsito Sr. Carlos Agüero”.
Además sostiene que los sumariados no tomaron ninguna medida en el mismísimo momento de la agresión a Bustos Padovani, como “podrían haber sido (sin importar su condición de camarada) detener al agresor, comunicar a los superiores el hecho y/o realizar la denuncia respectiva a fin de deslindar sus responsabilidades” y señala que el nombre del autor del disparo, recién surgió sobre la etapa final del sumario.
Lo llamativo de todo esto, es que a casi tres años de los episodios, Marcelo Bustos Padovani declaró en sede judicial más de cinco veces y el nombre del autor recién conoce la luz por este artículo periodístico, porque la justicia seguramente no lo tiene aún y si lo tuviera es más grave la cuestión, porque nada han hecho para castigar la bárbara y asesina actitud que tuvo el oficial en cuestión.
Informe Carlos Rubén Capella
carlosrcapella@yahoo.com.ar
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