"La Inseguridad crece con la impunidad"
Control Popular
"La seguridad publica basada en la gobernabilidad
participativa"
Por el Dr. Alberto Montbrun*
En febrero del año pasado comenzó en La Rioja un
proceso de reconversión integral del sistema de
seguridad pública, en el cual se pretende transformar
el modelo de la Policía tradicional al de la Policía
Comunitaria.
En el mundo, en los últimos años, han aparecido nuevas
modalidades de prestación de seguridad pública que,
con diversas denominaciones -policía comunitaria, de
proximidad, orientada a problemas, etc.- participan de
aspectos comunes. A través de su implementación se han
logrado descensos importantes en las tasas de
criminalidad y también una mejor relación de
colaboración de la comunidad con la Policía. Salvo
algunas experiencias aisladas, nuestro país permaneció
ajeno a estas estrategias durante varios años.
La Rioja comenzó, a partir de febrero de 2003, un
proceso de reconversión integral de su sistema de
seguridad pública, transformando su Policía
tradicional hacia el modelo de Policía Comunitaria, en
un emprendimiento que abarca la totalidad de la
estructura policial y la interacción de la misma con
el resto del sistema político y el sistema social. La
implementación comenzó con cuatro comisarías de la
capital provincial en 2003, extendiéndose a la
totalidad de la ciudad y al departamento de Chilecito
en 2004, previéndose su expansión hacia el resto de la
provincia para el próximo año.
El proceso es gradual porque implica la capacitación
de todos los policías en las nuevas modalidades de
actuación, y también la capacitación de las agencias
gubernamentales y sectores importantes de la
comunidad.
Crisis del modelo tradicional de seguridad
Recordemos que los presupuestos operativos de la
Policía tradicional aparecen actualmente colapsados
por incapacidad de respuesta y adaptación frente a la
complejización de la demanda que deben atender. Estos
presupuestos, propios de la época de la sociedad
industrial pero que todavía impregnan las policías
argentinas, son:
1. Patrullaje preventivo al azar, cuadrícula o parada
fija.
2. Respuesta rápida, como reacción a la llamada de
auxilio.
3. Investigación científica del delito, a través de
investigación y colaboración con la Justicia.
4. Castigo y resocialización a través del sistema
penitenciario.
5. Organización vertical de las policías, según modelo
de las FF AA.
Estas modalidades operativas han sido revisadas
críticamente por la ciencia de la seguridad en los
últimos años y dejadas de lado por muchas de las
prácticas policiales más modernas, a pesar de la
fuerte resistencia cultural que presentan los policías
y líderes políticos formados en los viejos paradigmas.
¿Qué es la Policía Comunitaria?
La Policía Comunitaria es una modalidad de prestación
de servicio de seguridad pública basada en el concepto
de gobernabilidad participativa. Como estrategia pone
el acento en la alianza entre la Policía, la comunidad
y el gobierno, trabajando juntos y asociados en la
reducción del delito, el desorden y el temor provocado
por el delito. Desde el punto de vista operativo
trabaja en la identificación de problemas subyacentes
y sus causas, buscando priorizar el logro de
soluciones permanentes en lugar de respuestas
sintomáticas.
La metodología de trabajo parte de la base de
incorporar una visión sistémica del problema de la
seguridad, involucrando participativamente a todos los
actores del proceso social, tanto en la identificación
de los problemas como en la articulación de las
estrategias encaminadas a su solución.
Desde lo organizacional, incorpora los conceptos de
mejora continua y organización inteligente, arbitrando
los medios para convertirse en una organización
flexible, adaptable a los cambios del entorno, con
capacidad de aprender y reaccionar rápidamente ante la
emergencia de nuevas modalidades delictuales y
estimulando permanentemente la generación de
respuestas creativas y novedosas, con un incremento de
la autonomía de decisión de los policías.
La Policía Comunitaria parte del supuesto de que los
policías son personas sensatas e inteligentes, y es
una pérdida de tiempo y recursos tenerlos ocho horas
parados en una esquina o dando vueltas en un auto. Por
ello, el proceso de reconversión apuesta fuertemente a
la capacitación y profesionalización del recurso
humano.
Componentes de la Policía Comunitaria
Para que exista efectivamente Policía Comunitaria
deben implementarse efectivamente los componentes
centrales de la estrategia, que son:
1. Asociación con la comunidad. El modelo parte de la
convicción de que policía y comunidad deben trabajar
juntas en el abordaje del delito y la disfunción, y
que la Policía no puede, por sí, resolver los
problemas que generan el delito. La asociación con la
comunidad implica el desarrollo, por parte de la
Policía, de un proceso previo de mapeo y detección de
actores relevantes, líderes sociales, grupos de
interés de tipo general o especial y otros elementos
de importancia para el relevamiento de la realidad
donde actúa y para la construcción conjunta de
relaciones creativas.
La mera convocatoria a vecinos a foros o asambleas,
como se la venido practicando en la Argentina en los
últimos años, no es propiamente un componente de la
Policía Comunitaria -que es una estrategia policial
integral- sino tan sólo un aspecto o modalidad del
acercamiento de la Policía a la comunidad dentro del
modelo tradicional.
La asociación con la comunidad implica para los
policías de La Rioja la incorporación de nuevas
modalidades de trabajo, tales como visitas
domiciliarias, mapeos y relevamientos de áreas,
reuniones de los Consejos Operativos de Cooperación
Intersectorial (COCI) y de los Consejos Barriales de
Policía Comunitaria, registros de incivilidad y otras
tareas igualmente importantes.
2. Resolución de problemas. La Policía Comunitaria es
un elemento articulador de las potencialidades de la
comunidad y del gobierno provincial y municipal en la
resolución de problemas que generan delito y temor al
delito. Condiciones subyacentes generan el emergente
delictual y, por lo tanto, Policía, gobierno y
comunidad deben trabajar juntas en la tarea de
identificar las causas del delito y el temor al
delito, desarrollando soluciones de largo plazo y "a
medida" y no respuestas meramente reactivas.
En las comisarías del sistema los propios vecinos
reunidos con la Policía y las agencias del gobierno
identifican los problemas, priorizan su tratamiento y
organizan su atención en forma conjunta y
participativa. También se identifican los recursos que
cada sector aporta para resolver los problemas.
Nuevas habilidades, destrezas y prestaciones
En la Policía Comunitaria los agentes deben sumar a
los conocimientos tradicionales las nuevas
competencias propias de la modalidad. Para ello
reciben una capacitación y entrenamiento especial.
Entre las nuevas áreas de actividades podemos
mencionar: construcción de relaciones duraderas y
fecundas con la comunidad; liderazgo de procesos de
cambio; manejo de grupos y formación de equipos de
alta perfomance; resolución de problemas; negociación,
mediación y remisión de conflictos; capacitación
permanente en nuevas problemáticas; trabajo y
supervisión del voluntariado y desarrollo de proyectos
pro activos para la comunidad. A ello se suman otras
actividades, como son: relevamiento e información
actualizada sobre la zona en que trabajan; arraigo del
policía en la zona; trabajo con grupos de especial
atención (jóvenes, ancianos, niños, etc.) y el
registro, prevención y atención de incivilidades y
pequeños delitos.
En los últimos años han aparecido en la Argentina
algunas modalidades de seguridad pública que no
integran propiamente el concepto de Policía
Comunitaria. Es importante aclarar que la Policía
Comunitaria no es relaciones públicas ni reuniones con
vecinos; no es patrullaje en bicicleta ni un auto de
policía con un cartelito que dice "Policía
Comunitaria". Todas esas modalidades -algunas de las
cuales pueden ser útiles- se inscriben en el concepto
de policía tradicional.
Resultados y conclusiones provisorias
La tasa delictiva de las comisarías del sistema
muestra, desde mediados de 2003, una tendencia a la
baja, medida por número de denuncias, salvo un pequeño
rebote en enero debido a circunstancias estacionales.
El trabajo con pandillas y grupos juveniles permitió
también cortar picos de tensión en barrios
problemáticos, a partir de la creación de una brigada
especial que asocia Policía, gobierno y vecinos en la
tarea de buscar respuestas permanentes y convenientes
a los jóvenes con disfunción social. También aquí los
resultados son alentadores. Recientemente se ha
conseguido desbaratar un número importante de bandas
gracias a la información directa de los vecinos, y
esto refuerza la creciente confianza de éstos y los
medios de comunicación en el nuevo sistema.
*El Dr. Alberto Montbrun es abogado y doctor en
Derecho y Ciencias Sociales. Director del Instituto de
Asuntos Políticos, Jurídicos y Legislativos de la
Escuela de Gobierno de la Universidad Juan Agustín
Maza (Mendoza).
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