Camino de "El Filo" de los Comechingones Merlinos
Al filo del desastre
San Luis (Pelr) 26-12-06. Hay dos cosas que preocupan de sobremanera al gobierno de San Luis: inaugurar obras y conseguir recursos económicos.
La primera, sería en verdad plausible, si luego de inaugurarlas se preocupara por mantenerlas. La ruta provincial Nº 5, conocida por los Merlinos como el camino de "El Filo", es un ejemplo acabado de lo que pudo ser bueno y terminó como una buena intención.
Como reza el sabio refranero popular, "de buenas intenciones está alfombrado el camino al infierno".
La otra preocupación es recaudar; aunque esta parece ser la que mejor sabe atender el gobierno de la familia Rodríguez Saá. Si esto se relaciona con los caminos, el aumento de los peajes en un 100 % en las rutas provinciales realizado durante el transcurso de 2006, es una muestra acabada de ello, pero van por mas.
Quienes tienen la posibilidad de recorrer las rutas puntanas, habrán podido apreciar la construcción de dos nuevas estaciones de peaje, una sobre la ruta que une La Toma con La Punilla, a unos cinco kilómetros antes de llegar a esta última y la otra sobre el trazado de la ex ruta nacional que une Villa Mercedes con Merlo. Allí también se están poniendo los cimientos para una nueva estación recaudadora, aunque no haya ningún cartel de obra que lo indique de esa manera.
Salvo que nos equivoquemos y sea una central de distribución de regalos gratuitos al turista, su formato es inequívoco: allí habrá que oblar para poder conducir por los caminos de las sierras. Poco importa si no hay otro camino alternativo y se violenta el principio de libre circulación previsto en el artículo 14 de la Constitución Nacional.
Pero retomando el tema de las obras que se hacen con dudosa calidad o falta de controles, el camino al Filo muestra a las claras las imprevisiones, la falta de estudios o en el peor de los casos, directamente la mala fe con que fueron realizadas.
La vista desde ese lugar que trepa los Comechingones luego de pasar por Rincón del Este, es impagable. Pocos paisajes tienen la imponencia que reune este sitio. La ruta hasta El Mirador, aunque con algunos defectillos disimulables, es muy buena. Pero, porque siempre existen peros en la obra pública, el segundo tramo para llegar al Filo tiene problemas difíciles de sortear, al punto de que el municipio de Merlo estudia seriamente prohibir la circulación de cierto tipo de vehículos.
El trazado es anunciado como "Camino Turístico" y en verdad lo merece, porque su trazado es incomparable. Pero a medida que se avanza hacia el filo de la sierra, en la divisoria de aguas que indica el límite con Córdoba, las cosas se van poniendo más complicadas, y llega un punto en que el camino literalmente desaparece, según dicen, porque se lo llevó el agua. Pero pareciera que además del agua, hubo algún material que faltó en su construcción.
Un tramo prolongado ha quedado sin asfalto, en otros, donde todavía existe la carpeta bituminosa, el agua ha hecho estragos en las alcantarillas por donde debe conducirse y la pobreza del material utilizado salta a la vista. Una lechinada delgada recubre (o recubría) la roca por donde baja el agua con incontrolable furia.
Gran parte del último tramo a la cima está recubierta por material proveniente del derrumbe y en algunos casos las piedras permanecen clavadas contra la ruta y en otros, han ido a dar contra los guarda rail que ahora penden de un precipicio. "Nunca le han hecho mantenimiento", aseguran en la población que queda al pie de la sierra.
Buena parte de la cinta asfáltica tiene hundimientos que ameritarían que se realizacen estudios para verificar si un colectivo no haría ceder la construcción luego de una lluvia.
Muchos problemas en una sola ruta, bella como pocas, pero con desperfectos que podrían ocasionar accidentes de magnitudes insospechadas.
Todavía hay tiempo para prevenir, pero quien sabe si el multifacético (y altamente resistido) responsable de caminos y rutas provinciales (antes Vialidad), Juan Carlos Bassi, tendrá el tiempo suficiente para atender estas pequeñas nimiedades que ocupan a los simples mortales como nosotros o los turistas que se arriman a la villa veraniega.
Informe: Gustavo Senngustavosenn@argentina.com
Las piedras producto del derrumbe quedan allí, sin importar demasiado el riesgo que implican
Aquí había un camino, el agua se lo llevó...
El guarda rail quedó literalmente "colgado" del precipicio
No resulta para nada fácil conducir en pendientes de más de 30º con el camino sembrado de piedras
Periodistasen la Red
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