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23.2.07

¿QUE HACEMOS CON LOS ASESINOS DROGRADOS?

EL JUEZ DE MENORES DE LA PLATA DIJO QUE

"NO HAY CRIMEN COMETIDO POR MENORES QUE NO ESTÉN DROGADOS"

¿Que hacemos los ciudadanos frente a este flagelo que como una tormenta se acerca a San Luis?
Si no lo cree hay una llamita incipiente en la Terminal donde niños drogados amenazan a los viajeros quienes tienen que pagar peaje.
Una joven policía intentó detener a uno con ayuda de los transeúntes y sufrió agresión de la patota que vive en el lugar.-
Señor Juez de Menores ,Sr. Gobernador: ¿Que hacemos frente a este flagelo que nos está llegando?
Consejo de Prevención Vecinal

Lea cliqueando en "comments" MADRES CONTRA LAS DROGAS abajo y súmese en defensa propia

1 comentario:

Anónimo dijo...

Madres contra las drogas

Un ejemplo de coraje y de compromiso con la sociedad, pero especialmente con su grupo familiar, fue el que dio un grupo de madres que, cansadas de ver cómo la droga más popular del momento, el "paco", consumía a sus hijos, decidió enfrentar a los traficantes de drogas con las armas con que ellas contaban: marchas callejeras, reparto de volantes y denuncias policiales.

Todo comenzó a fines de 2003, cuando unas 70 madres de Ciudad Oculta -un precario asentamiento de Villa Lugano en el que viven unas 20.000 personas- descubrieron que tenían fuerza y capacidad para organizarse en la lucha contra un enemigo que crecía ante la mirada impasible de quienes tenían la obligación de combatirlo. Les resultaba muy difícil aceptar calladamente -como si fueran cómplices- cómo sus hijos eran víctimas de la pasta base de cocaína y del "paco" y que, a pesar de que ellas sabían quiénes les vendían la droga, la policía no hiciera nada.

Así empezaron su movilización y recurrieron a la red barrial de Lugano-Mataderos, integrada por escuelas, centros de salud, defensorías y vecinos. Al no encontrar una adecuada respuesta en las autoridades policiales de su barrio, las madres se contactaron con el Consejo por los Derechos del Niño, a través del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. Así, el Consejo se convirtió en denunciante y las madres pasaron a ser testigos de identidad reservada.

Los acontecimientos que siguieron dividieron a las madres en dos grupos. Uno de ellos tuvo mayor exposición pública que el otro, especialmente cuando encabezaron un "escrache" a vendedores de droga que fue transmitido por un programa de televisión. La mayoría de las madres, después de finalizado ese programa, fue amenazada y muchas de ellas tuvieron que dar un paso al costado por miedo a las represalias. Pero la batalla no estaba concluida, porque el otro grupo de madres siguió moviéndose cautelosamente, vigilando las casas de los traficantes y dibujando planos de los intrincados pasillos de la villa, que entregaron al personal de Gendarmería.

Pocos días atrás, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 6 condenó a ocho años de prisión al narcotraficante que las madres habían denunciado, luego de que cinco de ellas, en su condición de testigos de identidad reservada, declararan en el juicio en su contra. Isidro Ramírez recibió esa pena unificada por dos delitos: comercialización de estupefacientes agravada por la utilización de menores de edad y tenencia ilegal de armas de guerra.

Cabe mencionar que la investigación, los allanamientos y las detenciones que terminaron con la condena estuvieron a cargo de la Unidad Especial de Investigaciones y Procedimiento Buenos Aires de Gendarmería Nacional, porque en su momento el grupo de madres había denunciado que los dealers actuaban en la zona con total impunidad gracias a la connivencia con la Policía Federal. El fallo del Tribunal Oral también ordenó investigar a los policías de la brigada de la Comisaría 48a. que estaban en actividad cuando comenzó a gestarse la causa.

Corresponde destacar la valentía y el coraje cívico de las madres, que decidieron enfrentar a un poderoso y peligroso enemigo que está poniendo en jaque a nuestra sociedad. Sin embargo, cabe también lamentar que hayan tenido que movilizarse sin reparar en los riesgos que corrían para ser escuchadas por las autoridades. Es intolerable que integrantes de fuerzas de seguridad sean, en el más benévolo de los casos, cómplices de las organizaciones dedicadas al tráfico ilícito de estupefacientes, como también resulta inadmisible pensar que, frente a esta situación, la Justicia pueda ejercerse por mano propia. Lamentablemente, este último peligro nos seguirá acechando cada vez más mientras no haya una contundente respuesta de nuestros gobernantes a las demandas de mayor seguridad.

Fuente :Link permanente: http://www.lanacion.com.ar/885566

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