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28.2.07

UN CONDENADO ASALTANTE Y SECUESTRADOR FUE DEJADO ESCAPAR

TODO CUESTA EN LA VIDA CRIMINAL

RECUPERAR UN "CUADRO" ENCARCELADO SE PAGA EN CUOTAS

El coronel ,jefe de la cárcel,dijo que el custodio debe ser felicitado.

Juhel es uno de los tres delincuentes que el 8 de abril del 2003 hizo movilizar a toda la Policía en la primer toma de rehenes con negociación que tuvo la Provincia. Fue en un aserradero de la ruta 147 donde el trío de ladrones se refugió luego de asaltar un comercio de productos plásticos y una expendedora de nafta en Villa de la Quebrada.

Además, en su intinerario los asaltantes maniataron y golpearon a dos policías a los que le robaron las armas.

En el lugar donde se escondieron de la Policía, los delincuentes mantuvieron cautivos a un matrimonio y a su hija y pedían que los dejaran escapar hacia Córdoba, de donde son oriundos. Junto a Juhel fueron condenados Carlos David Díaz y Miguel Marcelo Molina, también de Córdoba.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

HACIA EL PREINGRESO A PSICOLOGIA

Un preso con permiso para estudiar se escapó corriendo de la Universidad



Está condenado a nueve años de cárcel por tomar a una familia como rehén en el 2003 luego de cometer dos asaltos. Tiene varios antecedentes y es oriundo de Córdoba.



El horizonte de Cristian Juhel, un joven cordobés de 27 años que cumple una condena de 9, estaba en la psicología. O por lo menos eso les hizo creer a todos quienes participaron de alguna forma en el engorroso trámite que lleva a un interno de la Penitenciaría Provincial a las aulas universitarias.

El lunes a la tarde, mientras el preso cursaba el preingreso a la carrera en la Universidad Nacional de San Luis se escapó corriendo por una de las tantas puertas que ofrecen las aulas del cuarto bloque, en el Rectorado de la casa de estudios. Juhel habría salido del aula con un permiso para ir al baño.

De todas formas, las circunstancias previas a la huida no están aclaradas, según informó el jefe del Servicio Penitenciario, Guillermo López. “No sabemos si el interno pidió permiso para ir al baño o si aprovechó un recreo”, afirmó el funcionario.

Lo que es seguro es que el penitenciario que custodiaba al estudiante no sacó su arma en ningún momento “para no alterar a los otros presentes en la Universidad”, dijo López. El agente sólo ensayó una persecución que dio por terminada cuando el preso le había sacado una distancia considerable.

Cuando un interno sale a estudiar es acompañado por uno o dos guardiacárceles vestidos de civil que tratan de guardar distancia del custodiado, para no delatarlo delante de sus compañeros. “El custodio no se sienta al lado del interno”, aclaró López. El lunes, el joven fue vigilado sólo por un efectivo.

En la ley de ejecución penal está contemplado el derecho a estudiar que tienen las personas privadas de la libertad. Para acceder a ese beneficio los internos tienen que tramitar un permiso especial en el Juzgado de ejecución de sentencia.

Previo a las salidas a los centros educacionales, los internos deben sobrepasar un examen que toman en la Penitenciaría profesores universitarios a personas mayores de 25 años que no tienen los estudios secundarios completos. De los 24 presos que se presentaron el año pasado para las carreras universitarias , sólo cinco pasaron esa prueba. Juhel fue uno de ellos.

“Es una persona muy inteligente, que sabe lo que le espera por romper el código de confianza que le brindó el Servicio”, dijo López. El jefe del penal se refiere a que, en caso de ser encontrado, Juhel —quien gozaba de las salidas hacia la Universidad desde el 1 de febrero— se verá impedido de los beneficios conseguidos hasta el lunes.

Entre ellos están las salidas más prolongadas que podría haber tenido desde abril, cuando cumplía la mitad de la condena.

Pocas horas antes de salir del penal hacia la Universidad, el interno mantuvo una entrevista con López en la que se mostró entusiasmado por el estudio y le dijo que había sido muy bien recibido por sus compañeros de Psicología. Incluso algunos se ofrecieron a ayudarlo a estudiar para los exámenes.



Aquel raid



Juhel es uno de los tres delincuentes que el 8 de abril del 2003 hizo movilizar a toda la Policía en la primer toma de rehenes con negociación que tuvo la Provincia. Fue en un aserradero de la ruta 147 donde el trío de ladrones se refugió luego de asaltar un comercio de productos plásticos y una expendedora de nafta en Villa de la Quebrada.

Además, en su intinerario los asaltantes maniataron y golpearon a dos policías a los que le robaron las armas.

En el lugar donde se escondieron de la Policía, los delincuentes mantuvieron cautivos a un matrimonio y a su hija y pedían que los dejaran escapar hacia Córdoba, de donde son oriundos. Junto a Juhel fueron condenados Carlos David Díaz y Miguel Marcelo Molina, también de Córdoba.

Cuando enfrentó el debate oral, Juhel ya había sido investigado por matar a una persona en un asalto, en 1997. Además fue procesado por “Encubrimiento” y tenía otras dos causas por asaltos. Para evitar que saltaran esos antecedentes, cuando fue detenido por la Policía de San Luis dijo que se llamaba Nelson Martínez. Todos los delitos previos a la toma de rehenes los cometió en su provincia natal.

Pese a que López aseguró ayer que el comportamiento del preso en el penal era bueno, Juhel fue sindicado como uno de los cabecillas del último gran motín que ocurrió en la Penitenciaría Provincial, en el 2004.

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