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Se los obliga a indemnizar al ex fiscal de la Cámara del Crimen Norberto Quantín, quien fue acusado por los demandados de “Nazi”
No acusarás en vano
La Cámara Civil condenó a dos ex dirigentes
radicales y a los periodistas Chiche Gelblung y
Guillermo Cherasny. Deberán indemnizar al ex
fiscal de la Cámara del Crimen Norberto Quantín,
porque lo acusaron falsamente de nazi luego de
difundir ilegalmente conversaciones telefónicas.
FALLO COMPLETO
La Sala F de la Cámara Nacional de Apelaciones en
lo Civil confirmó una condena contra dos ex
dirigentes radicales y los periodistas Chiche
Gelblung y Guillermo Cherasny. Se los obliga a
indemnizar al ex fiscal de la Cámara del Crimen
Norberto Quantín, quien fue acusado por los
demandados de “Nazi” luego de que difundieran
ilegalmente conversaciones telefónicas.
Los jueces José Luis Galmarini, Fernando Posse
Saguier y Eduardo Zannoni entendieron que “se ha
violado el derecho a la identidad y al honor, al
sostener que el actor es antisemita y nazi, cuando
ello no se desprende según surge de la prueba
aportada ni puede obtenerse esa conclusión de la
conversación privada ilegalmente grabada”.
Los hechos en lo que se basó la demanda ocurrieron
en diciembre de 1995 y fue dirigida contra el ex
diputado Jorge Benedetti, el ex consejal porteño
Eliseo Roselló y los periodistas Samuel Gelblung y
Guillermo Cherasny.
Los condenados alegaron que el contenido de las
conversaciones telefónicas que se difundieron eran
referidas a cuestiones de carácter público y a
circunstancias de interés general. Pero los
camaristas sostuvieron que la charla entre el
Quantín y uno de los fiscales de primera instancia
del fuero penal, “aunque tuviera relación con
situaciones vinculadas con la función específica
de los fiscales, eran en sí mismas reservadas y
hacían a la privacidad de las personas de dichos
magistrados”.
Quantín adujo que los demandados “contribuyeron a
alterar su derecho a la identidad, acusándolo
falsamente y sin fundamento de nazi y antisemita”,
y denunció que ello ocurrió a partir de una
campaña en su contra que indicó que fue instada
por algún funcionario público investigado por él
por delitos cometidos en el ejercicio de sus
funciones.
El fallo concluye señalando que el derecho a la
intimidad no puede avasallarse “sobre la base de
la negligencia que pretende justificarse en el
derecho deber de informar, menos aún en supuestos
como el del caso en los que las conversaciones
telefónicas fueron grabadas ilegítimamente y no
fueron expuestas públicamente por el actor”.
Dju
No acusarás en vano
La Cámara Civil condenó a dos ex dirigentes
radicales y a los periodistas Chiche Gelblung y
Guillermo Cherasny. Deberán indemnizar al ex
fiscal de la Cámara del Crimen Norberto Quantín,
porque lo acusaron falsamente de nazi luego de
difundir ilegalmente conversaciones telefónicas.
FALLO COMPLETO
La Sala F de la Cámara Nacional de Apelaciones en
lo Civil confirmó una condena contra dos ex
dirigentes radicales y los periodistas Chiche
Gelblung y Guillermo Cherasny. Se los obliga a
indemnizar al ex fiscal de la Cámara del Crimen
Norberto Quantín, quien fue acusado por los
demandados de “Nazi” luego de que difundieran
ilegalmente conversaciones telefónicas.
Los jueces José Luis Galmarini, Fernando Posse
Saguier y Eduardo Zannoni entendieron que “se ha
violado el derecho a la identidad y al honor, al
sostener que el actor es antisemita y nazi, cuando
ello no se desprende según surge de la prueba
aportada ni puede obtenerse esa conclusión de la
conversación privada ilegalmente grabada”.
Los hechos en lo que se basó la demanda ocurrieron
en diciembre de 1995 y fue dirigida contra el ex
diputado Jorge Benedetti, el ex consejal porteño
Eliseo Roselló y los periodistas Samuel Gelblung y
Guillermo Cherasny.
Los condenados alegaron que el contenido de las
conversaciones telefónicas que se difundieron eran
referidas a cuestiones de carácter público y a
circunstancias de interés general. Pero los
camaristas sostuvieron que la charla entre el
Quantín y uno de los fiscales de primera instancia
del fuero penal, “aunque tuviera relación con
situaciones vinculadas con la función específica
de los fiscales, eran en sí mismas reservadas y
hacían a la privacidad de las personas de dichos
magistrados”.
Quantín adujo que los demandados “contribuyeron a
alterar su derecho a la identidad, acusándolo
falsamente y sin fundamento de nazi y antisemita”,
y denunció que ello ocurrió a partir de una
campaña en su contra que indicó que fue instada
por algún funcionario público investigado por él
por delitos cometidos en el ejercicio de sus
funciones.
El fallo concluye señalando que el derecho a la
intimidad no puede avasallarse “sobre la base de
la negligencia que pretende justificarse en el
derecho deber de informar, menos aún en supuestos
como el del caso en los que las conversaciones
telefónicas fueron grabadas ilegítimamente y no
fueron expuestas públicamente por el actor”.
Dju
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