Tengo 70 años. Por lo tanto pertenezco a la denominada "clase pasiva". Mi esposa ostenta orgullosa la misma edad. ¿Qué motivo tendríamos para emitir pequeños quejidos más que un afán de lucro insaciable que hace que no reparemos en medios para obtener una cada vez más jugosa remuneración, esa que nos permita vivir los últimos "minutos" de nuestra vida con holgura y lujos? ¡Verdaderamente somos un caso!
Lo reconozco con vergüenza. Mi insaciable mujer Ángela, hace 6 años, en el 2002, inició una demanda por reajuste en el Anses. Luego de infinitas llamadas al letrado patrocinante vimos con sorpresa que el expediente se movía. Pasó así con éxito la primera instancia, fue a Cámara y luego de mucho fue aprobado. ¡Cobramos!, pensé esperanzado, ya que la Presidente (no me acostumbro a decirle Presidenta) había asegurado que los juicios por reajustes no serían más recurridos.
Pero sabemos que en este nuestro país el lema es "se dice pero no lo vamos a hacer". Por tal motivo ahora estamos entrampados en una cola inmensa que espera en la Corte Suprema de Justicia ya que a ese sitio fue a parar el expediente. Realmente somos un par de ansiosos...
Quizás en pocos años más tengamos la solución a nuestro entierro con el dinero con que vamos a ser "favorecidos". Y después se queja la Sra. Presidente (no me acostumbro) cuando se le dice que gobierna por golpes de efectos y que los medios son su fin y destino para preservar un poder resquebrajado.
Eduardo Bianchi
eduardo.bianchi@ims-iberoamericana.com.ar
No hay comentarios.:
Publicar un comentario