Del vicio del juego y nuestros mayores
Consternación y tristeza.
Esas dos palabras resumen mis emociones al leer con desagrado, días atrás, la noticia sobre $ 70.000 millones gastados por los argentinos en un año en Buenos Aires. Sólo se alzó la voz de Jorge Bergoglio para advertir sobre las consecuencias nefastas que este "vicio ruinoso" podría ocasionarle a la sociedad argentina. ¿Dónde quedaron las enseñanzas de esfuerzo y sacrificio dictadas por nuestros abuelos y padres?
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