Se quejaron de De Angeli que dijo que había que cargar en la camioneta a los peones y decirles a quién tiene que votar,pero acá los alcahuetes arrean como a ovejtas a los "pico y pala".-
El ex gobernador Dr. Adolfo Rodriguez Sáa dijo que hay muchas críticas razonables,lo que repitió con otro tono el gobernador.-
Si yo hubiera estado presente le habría dicho que empiece por darse una vuelta por la Casa de Gobierno de incógnito y verá como los maestros trabajan completando sus carpetas en el suelo .
Se amontonan en cada mostrador los ciudadanos mientras tras los escritorios charlan en grupo o juegan con los teléfonos.
Y los trámites duran años como pasa en Defensa del Consumidor,Comisión Reguladora,Dirección de Rentas y ni que hablar si una noche tarde hace una visita a las comisarías.
Quedaría espantado.Le daría vergüenza y no se animaría a contar como lo atendieron y lo que vio.-
Crónica de San Luis publica este artículo

Héctor, mostró su indignación por la muerte de su hermano, Mario Alcaraz, el hombre de 53 años, integrante de Seguridad Comunitaria, que falleció durante el acto aniversario del Plan de Inclusión que convocó el gobernador Alberto Rodríguez Saá. “Por culpa de la política perdí a mi hermano…él les había dicho que estaba enfermo y no podía ir, pero lo obligaron, le dijeron que tenía que ir sí o sí porque si no lo hacía perdía el trabajo”.
En la foto, la precaria casa donde vivía Mario Alcaráz, en el sector este de Villa Mercedes. Alcaraz estaba a cargo de sus siete hijos y su esposa. Todos apenas sobrevivían con los $ 600 que cobraba como integrante del Plan de Inclusión. Pese las circunstancias que rodearon su muerte, la familia no recibió ayuda ni de la Municipalidad ni del gobierno. Lo velaron en la casa de la suegra, en el barrio Covimer, “nadie nos ayudó ni siquiera para los gastos de la Clínica donde lo llevaron cuando sufrió el ataque ni para el sepelio”. Vivía en una precaria vivienda de la zona este de Villa Mercedes, en un sector conocido como “los hornos de ladrillos”. Allí criaba cerdos y algunas gallinas para ayudar a la alimentación de su familia.
En la madrugada del miércoles pasado, la más fría del año, Alcaraz fue obligado a asistir al acto aniversario del plan. Partió en bicicleta y recorrió 10 km, para llegar a la Calle Angosta. Allí le dijeron que debía presentarse en el Palacio de los Deportes. Cuando llegó, sufrió una descompensación y murió.
“Por lo que le pasó a mi hermano nadie se hizo responsable. Lo obligaron a presentarse a trabajar, no tenía no por qué ir pero lo obligaron. El les había dicho el martes a sus coordinadores que no podía ir porque estaba enfermo y ese día por la mañana tenía un control, pero le dijeron que tenía que presentarse sí o sí porque si no iba perdía el trabajo”, añadió.
Contó que ese día, el miércoles -cuando el gobernador, en medio de festejos y ovaciones, anunciaba el feriado para los integrantes del plan-, se enteró en su trabajo que su hermano había sufrido un ataque y estaba muerto.”Yo lamentablemente no estaba, no sé bien cómo fue, pero resulta que ahora ninguno de los que estaba sabe nada, cómo pasó, por qué murió”, señaló.
Dijo que a la familia “no le han dado nada…mi cuñada tiene siete hijos y no la han ayudado en nada…ahora necesitan el voto y vienen. Lo que ella necesita es una pensión o algo para que no tenga que trabajar y pueda cuidar a sus hijos, darles de comer, mandarlos a la escuela, atenderlos…”.
El caso se mantiene en medio de un fuerte secreto entre las autoridades del Plan de Inclusión. Algunos de sus integrantes confiaron a Crónica de San Luis que les prohibieron hablar con la prensa sobre los hechos ocurridos esa mañana en el Palacio de los Deportes. No hubo actuación judicial por la muerte de Alcaraz. No se ordenó autopsia, ni se sabe quién firmó el certificado de defunción.
En la foto, la precaria casa donde vivía Mario Alcaráz, en el sector este de Villa Mercedes. Alcaraz estaba a cargo de sus siete hijos y su esposa. Todos apenas sobrevivían con los $ 600 que cobraba como integrante del Plan de Inclusión. Pese las circunstancias que rodearon su muerte, la familia no recibió ayuda ni de la Municipalidad ni del gobierno. Lo velaron en la casa de la suegra, en el barrio Covimer, “nadie nos ayudó ni siquiera para los gastos de la Clínica donde lo llevaron cuando sufrió el ataque ni para el sepelio”. Vivía en una precaria vivienda de la zona este de Villa Mercedes, en un sector conocido como “los hornos de ladrillos”. Allí criaba cerdos y algunas gallinas para ayudar a la alimentación de su familia.
En la madrugada del miércoles pasado, la más fría del año, Alcaraz fue obligado a asistir al acto aniversario del plan. Partió en bicicleta y recorrió 10 km, para llegar a la Calle Angosta. Allí le dijeron que debía presentarse en el Palacio de los Deportes. Cuando llegó, sufrió una descompensación y murió.
“Por lo que le pasó a mi hermano nadie se hizo responsable. Lo obligaron a presentarse a trabajar, no tenía no por qué ir pero lo obligaron. El les había dicho el martes a sus coordinadores que no podía ir porque estaba enfermo y ese día por la mañana tenía un control, pero le dijeron que tenía que presentarse sí o sí porque si no iba perdía el trabajo”, añadió.
Contó que ese día, el miércoles -cuando el gobernador, en medio de festejos y ovaciones, anunciaba el feriado para los integrantes del plan-, se enteró en su trabajo que su hermano había sufrido un ataque y estaba muerto.”Yo lamentablemente no estaba, no sé bien cómo fue, pero resulta que ahora ninguno de los que estaba sabe nada, cómo pasó, por qué murió”, señaló.
Dijo que a la familia “no le han dado nada…mi cuñada tiene siete hijos y no la han ayudado en nada…ahora necesitan el voto y vienen. Lo que ella necesita es una pensión o algo para que no tenga que trabajar y pueda cuidar a sus hijos, darles de comer, mandarlos a la escuela, atenderlos…”.
El caso se mantiene en medio de un fuerte secreto entre las autoridades del Plan de Inclusión. Algunos de sus integrantes confiaron a Crónica de San Luis que les prohibieron hablar con la prensa sobre los hechos ocurridos esa mañana en el Palacio de los Deportes. No hubo actuación judicial por la muerte de Alcaraz. No se ordenó autopsia, ni se sabe quién firmó el certificado de defunción.
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