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13.8.09

CONTROL INSTANTANEO POR SATELITE

El Ministro de Medio Ambiente arroja un vaso de agua sobre "Los Peñitos" y un par de medias tejida a mano con una carta :
"Para estar mas cerca de sus pies ....."

¡ Queremos ver la factura de estas reliquias!




En la siguiente imagen satelital podemos observar un cielo oscurecido casi por completo por el humo de las cenizas de miles de focos de incendios forestales localizados en el norte de Argentina, Paraguay, Bolivia y el sur de Brasil, el pasado 9 de septiembre.En la fotografía satelital, captada por el sensor MODIS del satélite Aqua de la NASA, los lugares del mapa con focos de incendio activos son indicados con puntos de color rojo, que se ven claramente en la versión ampliada de la imagen. El humo, generado por las cenizas de los incendios, ocupa prácticamente toda la imagen satelital, que de norte a sur cubre un rango de más de tres mil kilómetros y que limita al oeste con la cordillera de los Andes.





Clic aquí para ver la imagen en alta resolución (4560 x 6080 pixels)
Si bien muchos de estos incendios forestales son frecuentes en esta época del año debido a la escasez de humedad en el aire y la falta de lluvias, muchos de estos fuegos son provocados por el hombre con el fin de deforestar y despejar el terreno para la siembra u otras actividades. Estos incendios deliberados se salen de control con suma facilidad y producen daños inesperados en las áreas colindantes.
Los incendios forestales no sólo afectan a los suelos, sino también a la atmósfera. Como se ve en el mapa satelital, el humo que oscurece los cielos también impidió la formación de nubes en esos momentos, al existir una sobreabundancia de sitios para la condensación del vapor de agua. Las cenizas que se dispersaron en el aire contribuyeron a la formación de granizo y la intensificación de las tormentas que tuvieron lugar pocos días después y que a su vez contribuyeron a sofocar un gran número de estos incendios.
La NASA continúa analizando los efectos a largo plazo de la acumulación del humo de los incendios forestales en la atmósfera y los océanos, especialmente en lo relativo a las concentraciones de monóxido de carbono, tal como lo comentáramos en un artículo anterior (ver).

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