Vox PopuliSIEMPRE FUISTE MUY INTELIGENTE,ESTUDIOSA, RESPONSABLE, TRABAJADORA Y SOBRE TODO BUENA PERSONA. ME ALEGRA MUCHISIMO QUE SIGAS CON TODOS ESTOS VALORES CON EL PASO DE LOS AÑOS.SIEMPRE ESTAS PRESENTE EN NUESTRA FAMILIA Y NUESTROS RECUERDOS DE LA INFANCIA.CON ORGULLO:SANDRA BELLEGGIA. B.BLANCA. BS AS.
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CONFIRMA LO QUE
VENIMOS DENUNCIANDO
"EN LA POLICIA
COCINAN EL ASADO
QUE COMEN LOS JUECES"
Clic sobre el fascimil
LO QUE OPINA LA GENTE
erez - Verguenza
Ojala en la justicia hubiera mas funcionarios como la fiscal Diamante.
Pero con una justicia sometida y un legislativo obsecuente y corrupto, gente como ella no es la regla, sino la excepcion.
Abelardo - ES POSIBLE
En el PAIS del Alberto ES POSIBLE
Ojala en la justicia hubiera mas funcionarios como la fiscal Diamante.
Pero con una justicia sometida y un legislativo obsecuente y corrupto, gente como ella no es la regla, sino la excepcion.
Abelardo - ES POSIBLE
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Escrito por Redacción Villa Mercedes
Miércoles, 28 de Octubre de 2009 15:10
El policía Héctor Adrián Alba fue acusado por los delitos violación, privación ilegítima de la libertad y abuso de arma. El hecho ocurrió en julio de 1999 y la víctima fue una joven de 17 años.
En junio de 2004, Alba fue “absuelto de culpa y cargo” por el Tribunal del Juicio Oral.
Una reciente resolución del Superior Tribunal de Justicia anuló el juicio y ordenó que se reactive la investigación.
La decisión del máximo organismo estaría relacionada con sospechas de falsificación de expedientes judiciales y testimonios como también de una supuesta red de encubrimientos que “protegieron” al acusado. También por un examen de ADN que comprometería seriamente al policía.
El caso amenaza con “ventilar” las serias irregularidades que se cometieron durante el proceso de instrucción.
Los hechos se iniciaron una fría madrugada de julio de 1999 cuando la joven salía de una fiesta. Camino a su casa, en el barrio San José, la chica fue interceptada por un vehículo que conducía un policía y llevada a la zona sur de la ciudad, donde el efectivo la habría violado bajo amenaza con un arma de fuego.
La familia de la joven radicó la denuncia y el caso comenzó a investigarse en el Juzgado del Crimen 2. Debido a las ideas y vueltas de la etapa de instrucción, el acusado fue pasado a disponibilidad y reincorporado en dos oportunidades hasta que se instruyó el juicio oral, en junio de 2004.
En esa ocasión, por los votos de los jueces Humberto Agúndez y José Liceda el acusado fue absuelto de culpa y cargo. En tanto, la doctora Clotilde Montoya de Zucco había pedido la condena de 15 años de prisión para el imputado.
Confusión y encubrimiento
En el medio de todo el largo proceso se sucedieron algunos hechos que arrojaron más dudas que certezas en la causa. Por ejemplo, supuestas irregularidades en la conformación de los expedientes, tanto de actas de procedimientos policiales como de fechas y firmas.
Miércoles, 28 de Octubre de 2009 15:10
El policía Héctor Adrián Alba fue acusado por los delitos violación, privación ilegítima de la libertad y abuso de arma. El hecho ocurrió en julio de 1999 y la víctima fue una joven de 17 años.
En junio de 2004, Alba fue “absuelto de culpa y cargo” por el Tribunal del Juicio Oral.
Una reciente resolución del Superior Tribunal de Justicia anuló el juicio y ordenó que se reactive la investigación.
La decisión del máximo organismo estaría relacionada con sospechas de falsificación de expedientes judiciales y testimonios como también de una supuesta red de encubrimientos que “protegieron” al acusado. También por un examen de ADN que comprometería seriamente al policía.
El caso amenaza con “ventilar” las serias irregularidades que se cometieron durante el proceso de instrucción.
Los hechos se iniciaron una fría madrugada de julio de 1999 cuando la joven salía de una fiesta. Camino a su casa, en el barrio San José, la chica fue interceptada por un vehículo que conducía un policía y llevada a la zona sur de la ciudad, donde el efectivo la habría violado bajo amenaza con un arma de fuego.
La familia de la joven radicó la denuncia y el caso comenzó a investigarse en el Juzgado del Crimen 2. Debido a las ideas y vueltas de la etapa de instrucción, el acusado fue pasado a disponibilidad y reincorporado en dos oportunidades hasta que se instruyó el juicio oral, en junio de 2004.
En esa ocasión, por los votos de los jueces Humberto Agúndez y José Liceda el acusado fue absuelto de culpa y cargo. En tanto, la doctora Clotilde Montoya de Zucco había pedido la condena de 15 años de prisión para el imputado.
Confusión y encubrimiento
En el medio de todo el largo proceso se sucedieron algunos hechos que arrojaron más dudas que certezas en la causa. Por ejemplo, supuestas irregularidades en la conformación de los expedientes, tanto de actas de procedimientos policiales como de fechas y firmas.
Estas “anormalidades”
salieron a la luz tras un
minucioso examen que
ordenó la Fiscalía N° 3,
luego de la asunción
en ese cargo de la
doctora Gretel Diamante.
Una de las “excusas” que determinaron la absolución del acusado por parte del tribunal fue la hipótesis de la “venganza”, que esgrimieron los abogados defensores de Alba: Fernando, Gonzalo Estrada, como también Luis Estrada Dubor.
Según esa línea de conjetura, la chica habría denunciado al policía porque éste había detenido al novio durante en un procedimiento por drogas. También esgrimieron los defensores durante la etapa de instrucción y en el juicio oral que la joven no presentaba, clínicamente, ninguna evidencia de violencia presuntamente cometida contra su integridad durante la violación.
Pero en el medio de todas las etapas procesales quedó pendiente una prueba que sería crucial para el futuro de la causa y, consecuentemente, la situación del acusado: el examen de ADN.
En este punto, también el caso dejó dudas ya que el mismo día en que la familia de la chica hizo la denuncia por violación en la comisaría 10°, fue secuestrada una prenda íntima para su análisis. Sin embargo, los resultados de ADN recién fueron solicitados dos años y medio después.
No obstante, la prenda había sido guardada con todos los cuidados lo que posibilitó el estudio. Tras el pedido de la fiscal Diamante, se hizo finalmente el examen cuyo resultado arrojó que los restos de semen hallados en la ropa guardan un 99% de compatibilidad con los resultados del análisis practicado en la muestra de sangre del policía.
Esgrimida la prueba científica, la estrategia de la defensa fue otra. Argumentaron entonces los abogados que el policía tenía una relación con la joven y que esa madrugada habían mantenido relaciones sexuales consentidas por la muchacha.
Otra de las situaciones que se expusieron como “extrañas” en los hechos fue que la chica estaba acompañada por su novio cuando fue interceptada y llevada en el patrullero ¿Qué hizo el novio entonces? La investigación determinó que el muchacho, que tenía antecedentes por delitos menores, habría huido cuando vio que lo perseguían los policías.
En su escape, el chico llegó hasta la casa de su novia donde contó todo lo ocurrido. La familia comenzó la búsqueda hasta que encontró a la joven caminando cerca de su domicilio. La chica les contó que los policías la habían secuestrada y llevado hasta la costanera donde uno de ellos la violó.
En el auto policial iban dos personas. Uno de ellos era Alba, el otro, según las averiguaciones, era un joven que, curiosamente, estaría presente como “testimonio” en procedimientos policiales en varias causas.
Cuando la familia de la adolescente radicó la denuncia el caso comenzó a transitar por camino sinuoso con idas y vueltas, hasta que el juicio oral terminó con un capítulo. Porque ahora, tras la decisión del Superior Tribunal podría comenzar otro, con un final difícil de conjeturar.
Una de las “excusas” que determinaron la absolución del acusado por parte del tribunal fue la hipótesis de la “venganza”, que esgrimieron los abogados defensores de Alba: Fernando, Gonzalo Estrada, como también Luis Estrada Dubor.
Según esa línea de conjetura, la chica habría denunciado al policía porque éste había detenido al novio durante en un procedimiento por drogas. También esgrimieron los defensores durante la etapa de instrucción y en el juicio oral que la joven no presentaba, clínicamente, ninguna evidencia de violencia presuntamente cometida contra su integridad durante la violación.
Pero en el medio de todas las etapas procesales quedó pendiente una prueba que sería crucial para el futuro de la causa y, consecuentemente, la situación del acusado: el examen de ADN.
En este punto, también el caso dejó dudas ya que el mismo día en que la familia de la chica hizo la denuncia por violación en la comisaría 10°, fue secuestrada una prenda íntima para su análisis. Sin embargo, los resultados de ADN recién fueron solicitados dos años y medio después.
No obstante, la prenda había sido guardada con todos los cuidados lo que posibilitó el estudio. Tras el pedido de la fiscal Diamante, se hizo finalmente el examen cuyo resultado arrojó que los restos de semen hallados en la ropa guardan un 99% de compatibilidad con los resultados del análisis practicado en la muestra de sangre del policía.
Esgrimida la prueba científica, la estrategia de la defensa fue otra. Argumentaron entonces los abogados que el policía tenía una relación con la joven y que esa madrugada habían mantenido relaciones sexuales consentidas por la muchacha.
Otra de las situaciones que se expusieron como “extrañas” en los hechos fue que la chica estaba acompañada por su novio cuando fue interceptada y llevada en el patrullero ¿Qué hizo el novio entonces? La investigación determinó que el muchacho, que tenía antecedentes por delitos menores, habría huido cuando vio que lo perseguían los policías.
En su escape, el chico llegó hasta la casa de su novia donde contó todo lo ocurrido. La familia comenzó la búsqueda hasta que encontró a la joven caminando cerca de su domicilio. La chica les contó que los policías la habían secuestrada y llevado hasta la costanera donde uno de ellos la violó.
En el auto policial iban dos personas. Uno de ellos era Alba, el otro, según las averiguaciones, era un joven que, curiosamente, estaría presente como “testimonio” en procedimientos policiales en varias causas.
Cuando la familia de la adolescente radicó la denuncia el caso comenzó a transitar por camino sinuoso con idas y vueltas, hasta que el juicio oral terminó con un capítulo. Porque ahora, tras la decisión del Superior Tribunal podría comenzar otro, con un final difícil de conjeturar.
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Si pudiera....ES POSIBLE
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