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11.3.10

LA RECETA DE LA POLICIA QUE LE GANO A LA INSEGURIDAD EN N.Y.

Programa "tolerancia cero" aplicado por la policía de Nueva York para disminuir los delitos en la ciudad.

Yolanda Jiménez es vicecomisionada de asuntos comunitarios del Departamento de Policía de Nueva York


CON INTELIGENCIA Y
CONSTANCIA SE PUEDE




Tomar bebidas alcohólicas en la calle, pintarrajear subtes y monumentos o atormentar a los vecinos con un equipo de audio a todo volumen a las dos de la madrugada puede luego originar conductas violentas o delitos.
Ese es el razonamiento que sostiene el denominado programa "tolerancia cero" aplicado por la policía de Nueva York para disminuir los delitos en la ciudad.
Los números parecen demostrar que la hipótesis no es equivocada. Los índices de criminalidad bajaron el cincuenta por ciento en cinco años. Y de 2500 homicidios que se produjeron en Nueva York en 1990, el año último se descendió a 659.
El programa fue ideado por el alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, un republicano alineado en el ala dura de su partido.
La última batalla que mantuvo Giuliani fue contra los propietarios de cines pornográficos y los dueños de los clubes de video del mismo género. Tras una disputa judicial que se prolongó durante años, a fines de 1998 logró la autorización judicial para clausurar los locales que estuvieran situados cerca de las escuelas.
Yolanda Jiménez es vicecomisionada de asuntos comunitarios del Departamento de Policía de Nueva York y una de sus funciones fue la de llevar adelante el programa de "tolerancia cero".
Desde el lunes último está en Buenos Aires para recitar las bondades del sistema ante interesados de diverso tipo: policías, legisladores, y autoridades nacionales y porteñas. Anoche, después de conversar con el ministro del Interior, Carlos Corach, y antes de ir al Teatro Colón, invitada por el vicejefe del Gobierno de la Ciudad, Enrique Olivera, Jiménez conversó con La Nación .
NO ES MANO DURA SINO
HACER CUMPLIR LA LEY

"Muchas veces se tiende a confundir o a equiparar tolerancia cero con mano dura. Esto es un error. Se trata de aplicar tolerancia cero con el delito no con los ciudadanos", advirtió la mujer policía, nacida en Bogotá y emigrada de muy chica a los Estados Unidos.
"Si alguien se pone a hacer graffitis o a tomar alcohol en la vía pública y nadie le dice nada, puede pensar también que si a va robar a la tienda de la esquina nadie le hará nada. Por eso decimos no se debe tolerar esos hechos menores, porque pueden dar pie a delitos graves o violentos", explicó la funcionaria, responsable del desarrollo de programas para relacionar a la policía con la comunidad con vistas a la prevención de delitos.
Uno de los fenómenos sociales que afecta a los neoyorquinos es el de las pandillas juveniles. Según Jiménez, han descubierto algunos casos de reclutamiento de chicos de ocho y nueve años.
"Para integrar la pandilla, el reclutado debe sortear una serie de pruebas. Su dificultad se incrementa a medida que avanza en la escala. Los primeros exámenes pueden ser cortarle la cara a un transeúnte o robarle la cartera a una mujer en la calle", indicó Jiménez.
-¿Se trata sólo de una cuestión delictiva o se trata también de un fenómeno social o antropológico?
TRABAJAR EN LAS ESCUELAS

-Cuando no hay una buena estructura familiar o el chico no tiene muy claros los valores, puede sentirse identificado con estos grupos.
Por eso trabajamos en las escuelas y damos charlas, para que los chicos entiendan las consecuencias de las conductas de las pandillas.
También se produce un fenómeno de identificación: muchos jóvenes se visten como los pandilleros, utilizan la misma ropa o sus collares.
Copian su forma de hablar o sus códigos. Existe una especie de glamour o mística sobre las pandillas. Pero éstos no son delincuentes juveniles.
Tampoco estamos como en Los Angeles, donde la situación es más grave. Para combatir a las pandillas hacemos tareas de inteligencia y tratamos de infiltrar a policías en esos grupos.
En general, los líderes de las pandillas son adolescentes u hombres mayores y muchos de estos grupos están involucrados en la venta de drogas o en otros delitos. Por culpa de la droga
Jiménez sostiene que el programa de tolerancia cero fue exitoso para disminuir la criminalidad, pero reconoce que el narcotráfico es todavía el tema que más preocupa a la policía neoyorquina.
LA DROGA LA ABUELA
DE TODA LA VIOLENCIA
"El 80 por ciento de la criminalidad está vinculada con la venta de drogas", sostuvo la funcionaria. No es mano dura
Para evitar que se confunda el sistema de tolerancia cero con la mano dura o el maltrato a los vecinos o los abusos policiales, se utiliza un sistema de control muy duro y estricto.
"Hace dos años comenzamos a aplicar un programa que se denomina cortesía, profesionalismo y respeto. Entrenamos a los oficiales para que asuman esos valores en el trato con los ciudadanos", explicó.
"Tenemos también un sistema de control, donde utilizamos oficiales encubiertos que se hacen pasar por civiles para ver qué trato reciben.
Esto se hace por teléfono, en persona y en las comisarías.
De 7000 pruebas que hicimos en dos años, el 99 por ciento de los policías pasaron el examen. También desarrollamos programas de acercamiento entre la policía y la comunidad. Se producen reuniones periódicas entre los jefes policiales y los líderes comunitarios", añadió.
Sus recomendaciones fueron escuchadas por unos 200 oficiales de la Policía Federal. Quizá puedan verse pronto los resultados.

Rafael Saralegui (h.)

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