"En tanto, un anónimo que circuló en las últimas horas sumó preocupación en el Edificio Cóndor, ya que en el libelo se menciona a altos oficiales que poseen avionetas personales -dato que es real- en Morón en procura de vincularlos con el caso
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Escrito por Redacción Diario de la Republica
16-01-11----10:16
"Avanzan obras en los hangares para recibir once aviones de entrenamiento. En febrero licitarán las aulas".
Aquí el "verso" para disimular el secreto del porque había 11 aviones escondidos en un galpón en Quilmes.
"Volar. (dice el lenguaráz oficial) El sueño de los hombres y los pájaros enfermos. Sueño que, con conocimientos y buenos equipos, pueden cumplir los pilotos y además, cobrar por ello. Porque descontando a las aves, hoy volar es un oficio requerido y bien rentado en todo el mundo al que sólo puede llegarse en las grandes ciudades y a costa de una fortísima inversión en estudios. Y San Luis, atenta a esa demanda, este año marcará vanguardia al concretar un proyecto más accesible que viene macerándose hace tres años: el Centro de Instrucción de Vuelo en el Aeropuerto Valle del Conlara.
Crear una escuela de pilotos que esté al alcance de los jóvenes, todo dentro de un mismo predio, con simuladores e incluso aviones a disposición, suena a apuesta inconmensurable. Varios fueron los escollos que la provincia debió sortear pero finalmente aquel anhelo camina y a paso firme: “Estamos esperando que terminen los arreglos en el hangar para traer los once aviones que fueron comprados en Estados Unidos y por ahora están en hangares de Quilmes (Buenos Aires). Ésa fue la principal demora, ligada a cuestiones meteorológicas y de habilita-ción”, explicó el jefe de Relaciones Institucionales del Ministerio de Industria, Transporte y Comercio Diego Masci.
Las refacciones sobre la estructura del aeropuerto que dista unos veinte kilómetros de Merlo buscarán reforzar los hangares para evitar que futuros temporales (como los ocurridos en 2009, con vientos huracanados de más de ciento veinte kilómetros por hora) vuelvan a despedazarlos. Masci aseguró que las nuevas obras avanzan bajo la supervisión directa de organismos nacionales de seguridad aeronáutica, con los que trabajan a contrarreloj ayudados por las últimas tecnologías. Una vez logrado ese aval y las certificaciones habilitantes, los aviones de entrenamiento arribarán a la provincia.
La importante inversión realizada para comprar los Piper y Cessna que pilotearán los alumnos (que ronda los cuatro millones de pesos) también incluye dos simuladores de vuelo para reproducir movimientos reales. Otra pata del Centro de Instrucción será el edificio administrativo y con aulas que será construido en el aeropuerto, cuyos pliegos están en confección y con llamado a licitación previsto para febrero. Allí serán montadas las bibliotecas y un enorme bagaje con material de estudio que fue recopilado en los últimos dos años, que por su cantidad y calidad seguramente atraerán a entendidos y aficionados de todo el país.
“El cálculo es que en el segundo semestre del año toda la infraestructura esté a punto y funcionando. Será un centro de características únicas en el país, insertado en un contexto social muy diferente al de Buenos Aires, por ejemplo, ya que aquí los alumnos tendrán todo a su disposición, en un espacio confortable, y sin los elevadísimos costos que allí pagan para formarse”, añadió Masci.
Además de ofrecer una salida laboral a los jóvenes, la escuela de vuelo impregnará de un movimiento permanente a la estación aérea del Valle. Por ahora, la actividad está reducida a los dos viajes semanales que brinda la empresa Sol en conexión con Buenos Aires.
“La provincia está abierta a todos los proyectos que tengan que ver con desarrollo aéreo. Los esfuerzos están ligados a ofrecer infraestructura para que el sector privado nos elija, brinde servicios de calidad y crezca sin subvenciones del Estado, tal como lo está haciendo esa aerolínea”, indicó Masci.
VAMOS A TERMINAR CALCINADOS COMO PROVINCIA CUANDO SE USEN ESTOS AVIONES PARA EL CONTRABANDO
Narcotráfico a España
"La droga fue cargada en la Argentina", dijo Miret
Lo reveló a LA NACION un allegado del piloto encarcelado en Barcelona
Viernes 21 de enero de 2011
Publicado en edición impresa .
Comentá (324)Compartir. La cárcel donde están los pilotos argentinos. Foto adn.es.
Gabriel Di Nicola
LA NACION
"El sueño de los hombres y los pájaros enfermos...que quieren volar"
"La droga fue cargada en la Argentina. Estaba oculta en el avión", cuenta en sus comunicaciones telefónicas desde la cárcel modelo de Barcelona el piloto Matías Miret. Quienes lo han escuchado dicen que su ánimo no es el mejor, pero que confía en recuperar la libertad. Afirma que nada sabía de los 944 kg de cocaína secuestrados por la Guardia Civil en un jet que salió desde el aeropuerto de Ezeiza el primer día de este año.
Así lo relataron a La Nacion allegados a Miret, detenido en España junto con los hermanos Gustavo y Eduardo Juliá. Los tres ciudadanos argentinos fueron arrestados el 2 de enero pasado, cuando el avión Challenger Bombardier 604 que tripulaban aterrizó en el aeropuerto El Prat, en Barcelona.
Era la primera vez que Miret, de 37 años, casado desde hace 18 con Agustina Conil Paz y padre de tres hijas, viajaba a Europa. Cuentan sus allegados que se fue feliz por el desafío de volar el jet. Los Juliá le iban a pagar 5000 dólares por el vuelo de ida y vuelta.
"La droga estaba oculta en el avión. No se embarcó en la Isla de Sal, en Cabo Verde, como se dijo. Esa fue una escala para cargar combustible", sostuvo Miret, según relataron a La Nacion sus allegados.
De esta manera contradice al gobierno nacional. Días atrás, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, había dicho: "Nosotros creemos que se cargó [la droga] en Cabo Verde".
El piloto ya declaró ante el juez español que tiene a su cargo la investigación. Confía que con el avance de la causa recupere la libertad. "El [por Miret] no tiene nada que ver con la droga. Lo contrataron para volar el jet. Le dijeron que iban a buscar al dueño del avión. Iban a regresar a la Argentina tres días después", sostuvo un allegado al piloto preso en España.
Después de una denuncia de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) se inició una investigación en la Argentina. El juez en lo penal económico Alejandro Catania investiga si la droga fue cargada en el país.
Una de la hipótesis de los investigadores es que la cocaína pudo haber sido cargada en el aeródromo de Morón, donde el avión estuvo desde el 6 de noviembre hasta el 30 de diciembre pasados, cuando viajó a Ezeiza para esperar su partida a Europa, el 1° de este mes a las 20.44.
Hoy Catania le tomará declaración testimonial al jefe de aeródromo de Morón, Ricardo Palazón, que depende de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC).
El magistrado quiere saber qué controles tuvo el jet y quiénes visitaban el lugar. El aeródromo comparte la pista con una base de la Fuerza Aérea. En el lugar no hay cámaras de seguridad. Es decir que los movimientos que hubo en cercanías de la aeronave no quedaron registrados.
Miret les comentó a sus allegados que supone que en España la Guardia Civil esperaba el aterrizaje del avión. Sospecha que conocían que estaba cargado con droga.
"El [por Miret] se sorprendió porque no sabía nada de la carga. La cocaína estaba oculta en la aeronave", afirmó el allegado al piloto. Cuando La Nacion lo consultó sobre la forma en que se escondieron los estupefacientes, el informante prefirió no responder para no entorpecer la investigación en España.
Antes de volar a Ezeiza, el jet de los hermanos Juliá hizo un viaje a Mar del Plata y dos o tres al aeroparque metropolitano Jorge Newbery.
En Mar del Plata, el avión estuvo entre el 7 y el 8 de diciembre. "Matías [por Miret] está tranquilo. El día en que el jet voló a la costa atlántica él estaba en los Estados Unidos con su esposa. Es una cuestión fácil de comprobar. En Migraciones está registrada su salida del país", dijeron los allegados al piloto.
Viaje suspendido
La misma persona recordó que Miret fue llamado por los hermanos Juliá a mediados de diciembre pasado. En ese momento le ofrecieron el trabajo de piloto. Le dijeron que el vuelo a España iba a ser el día de Navidad. "Pero después lo llamaron para decirle que se había suspendido unos días. Es algo normal en el mercado aeronáutico", sostuvo el allegado a Miret.
Como informó La Nacion en su edición de ayer, el juez Catania solicitó un informe sobre todo lo acontecido con el avión en las horas que permaneció en Mar del Plata.
La intención del magistrado es reconstruir toda la estada de la aeronave en la Argentina: desde su llegada al aeropuerto de El Palomar (el Aeroparque estaba cerrado por refacciones) hasta su partida desde Ezeiza.
Según pudo saber La Nacion, en la Fuerza Aérea especulan con el inminente llamado a prestar declaración testimonial del comodoro Jorge Ayerdi, jefe de la base militar de Morón.
Más allá de las preguntas que la Justicia tenga para ese militar, la citación será usada para hacer una presentación casi institucional de la posición de la Fuerza Aérea. Se insistirá con que es la ANAC la responsable del control del aeródromo y se entregará un convenio firmado con ese organismo sobre la división de tareas en Morón.
En tanto, un anónimo que circuló en las últimas horas sumó preocupación en el Edificio Cóndor, ya que en el libelo se menciona a altos oficiales que poseen avionetas personales -dato que es real- en Morón en procura de vincularlos con el caso.
Ese escrito fue armado anteayer, ya que figura una mención crítica al respaldo público que el ministro de Defensa, Arturo Puricelli, dio el martes pasado a la Fuerza Aérea.
Unica vez
"Miret está tranquilo porque su relación con los Juliá sólo fue por este viaje. Si bien conoce a Eduardo por tener una actividad común, él no hizo otros viajes con ellos. Como puede afirmar que no fue a Mar del Plata, tampoco fue a Santa Cruz de la Sierra, donde se sospecha que los Juliá fueron a cerrar el negocio de la droga", afirmó un amigo del piloto detenido.
Según pudo saber La Nacion, ayer en el juzgado de Catania se presentó Alejandro Stojadinovic para ponerse a disposición de la Justicia.
Stojadinovic había sido nombrado por el piloto Miguel Fonrouge en una entrevista con La Nacion. Según Fonrouge los Juliá y Stojadinovic utilizaron su identidad para sacar el Challenger 604 de los EE.UU.
Fonrouge había sostenido: "Me ofrecieron volar el jet desde los Estados Unidos. Juliá me dijo que no había problemas por el dinero. Stojadinovic me repetía que nadie se tenía que enterar de que él estaba en las negociaciones del contrato de leasing [alquiler] del jet. Estoy seguro de que usaron mis datos para el seguro del avión".
Con la colaboración de Daniel Gallo
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Por Ricardo Ragendorfer
En nombre del padre.
El brigadier Juliá tenía grandes planes para su hijo Gustavo.
15–01–2011 / En la tarde peninsular del 2 de enero, cuando en el aeropuerto de Barcelona una dotación conjunta de la Policía Administrativa y la Guardia Civil española halló dentro del ya famoso avión Bombardier Challenger 604 unos 944 kilos de cocaína, el copiloto Matías Miret perdió la compostura, y sus palabras fueron:
¡Hijo de puta! ¿En qué me metiste?
El destinatario de la frase fue Gustavo Juliá, quien por toda respuesta sólo atinó a enarcar las cejas.
En tanto, su hermano menor, Eduardo Juliá, estaba como ausente, con los ojos clavados sobre un tramo de la pista. En ese mismo instante, 3 uniformados retiraban de allí a otro hombre, quien farfullaba un castellano atravesado por el acento que suelen tener los europeos del este.
ra el misterioso cuarto pasajero, nada menos que un agente encubierto.
Tales detalles fueron deslizados por una fuente española vinculada a la causa en un diálogo telefónico con Miradas al Sur.
También confirmó –a pesar del estricto secreto de sumario impuesto por el juez de El Prat de Llobregat– que semejante secuestro de droga fue fruto de una “entrega controlada” –tal como se les llama a los envíos previamente identificados, los cuales no se decomisan en el punto de partida sino en su destino final– y que esa fabulosa cantidad de oro en polvo, lejos de estar disimulada en el fuselaje o debajo del tapizado, se encontraba en la bodega de carga.
A su vez, los investigadores manejan la hipótesis de que la droga –la cual habría estado almacenada en Buenos Aires– llegó al jet durante la escala en Cabo Verde, después de ser arrojada en panes envueltos al vacío impermeable desde un barco en la costa de la Isla de Sal, y recogida por lanchas. En aquella fase del asunto habría participado el agente encubierto, quien, además –siempre según la fuente–, abordó el avión en la escala africana. Por último, se pudo saber que la pesquisa sobre los retoños de los brigadieres comenzó hace 8 meses y medio, raíz de otra “entrega controlada” entre Argentina y España.
El 13 de abril de 2010, la Guardia Civil abortó en Bilbao un contrabando de 814 kilos de cocaína en un falso camión del Rally Dakar que había partido del puerto de Buenos Aires con destino a Ibiza.
En esa ocasión fueron detenidos unos 7 españoles. Lo cierto es que desde ese momento quedaría sellado el destino de Miret y los Juliá.
Es que –según como pudo confirmar Miradas al Sur– ambos envíos poseen un denominador común: las operaciones eran por cuenta del Grupo Cordillera, un cartel encabezado por Carlos María Jiménez, conocido como El Macaco; se trata de un ex líder paramilitar de las Autodefensas Unidas de Colombia que aún regentea sus negocios desde una celda de Estados Unidos, adonde fue extraditado en 2008.
En consecuencia, los 3 argentinos ahora detenidos en la Cárcel Modelo de Barcelona no son precisamente poderosos empresarios del narcotráfico internacional ni los cerebros de una operación de gran envergadura, sino simples mulas de lujo cuya ambición fue el pasaporte que los condujo hacia la desgracia.
En qué me metiste, hijo de puta! –volvió a bramar Miret.
Gustavo Juliá ahora lo miraba con un dejo de furia.
El abogado de Miret sostiene que esa frase es resultado de su indignación “al no haber estado al tanto de que el avión llevaba droga”.
Los investigadores, en cambio, sostienen que esas 7 palabras –vociferadas justamente cuando era retirado el cuarto pasajero– fueron en realidad fruto de su enojo hacia Juliá por haber sido quien –inadvertidamente, claro– introdujo al infiltrado en el asunto.
Es que, desde el comienzo del plan, aquel trío –cuya voz cantante la llevaba Gustavo– dejó sus huellas por doquier. Cosas de la impunidad.
Top Gun. Desde sus años mozos, Gustavo fue un tarambana de renombre, beneficiado por el hecho de ser hijo del poderosísimo brigadier José Juliá, quien fue comandante en jefe de la Fuerza Aérea en la era menemista.
De hecho, éste lo salvó en dos ocasiones de ser expulsado de la Escuela de Aviación Militar; la primera por copiarse en un examen, y la otra por haber robado una suma monetaria en el Casino de Oficiales. Lo cierto es que el viejo general del aire tenía depositadas grandes esperanzas en su vástago, y también en sí mismo.
ello, tras su pase a retiro, cuando con el patrocinio del empresario Alfredo Yabrán montó la empresa de aviación sanitaria Medical Jet, no dudó en colocar a Gustavo en un puesto gerencial. Y tras su fallecimiento el 17 de enero de 2005, éste se haría cargo de la empresa, como también de otro emprendimiento familiar: Federal Aviation SA, cuyo gerente es su hermano Eduardo.
En los últimos días ya corrieron ríos de tinta sobre el perfil empresario de ambos: los sobreprecios facturados al Pami en materia de traslados de ancianos enfermos; el paso de Gustavo como gerente financiero de esa obra social –designado por el interventor duhaldista Horacio Pacheco–, el cual derivó en una causa judicial por una coima de 4 millones de dólares a un proveedor de audifonos; su abrupto fin en la función pública al ser echado en 2004 por el presidente Néstor Kirchner y sus oscuros vínculos con personajes como Víctor Alderete y Luis Barrionuevo, quien usó los aviones de Medical Jet como si se tratara de un remís.
Aquella, sin embargo, fue la parte más sana de la biografía de los Juliá.
os no imaginaban que, a partir de la catástrofe del falso camión del Dakar, sus movimientos comenzaron a ser minuciosamente monitoreados por los agentes antinarcóticos de la Madre Patria.
s que ellos estaban al tanto de por lo menos un viaje efectuado por los Juliá a la ciudad boliviana de Santa Cruz de la Sierra, junto al colombiano Wilson Díaz Vélez y el argentino Daniel Amitrano, ahora detenidos en relación con la red de traficantes también integrada por la modelo Angie Sanclemente Valencia.
esa ocasión los investigadores pusieron el ojo sobre el piloto de dicho vuelo: Matías Miret, hijo del otrora influyente secretario de Planeamiento de la última dictadura, brigadier José Miret.
Los investigadores españoles también están al corriente de una significativa llamada efectuada a un celular de Federal Aviation por un tal Jorge Moreyra.
Se trata de un barrabrava de Boca sospechado de ser uno de los sicarios en las ejecuciones del Unicenter, cuyas víctimas fueron los colombianos Jorge Quinteros Gartner y Héctor Duque Ceballos, considerados traidores nada menos que por el Grupo Cordillera.
Por último, a través de fotografías, audios y videos, fueron documentados los viajes previos efectuados por Gustavo y Eduardo Juliá.
El primero estuvo en Barcelona entre el 8 y el 9 de diciembre, regresó el 11 para irse el 17.
El viaje inicial lo hizo en un Hawker 800 XP alquilado; el otro, en un avión de Iberia, junto a su hermano Eduardo. En esas ocasiones habrían últimado los preparativos del colosal envío programado para el 2 de enero.
A mediados de octubre, cuando supuestamente los 944 kilos de cocaína ya estaban guardados en algún depósito del Gran Buenos Aires, una misión de la Aduana española arribó al país para reunirse con sus pares locales y por lo menos dos jueces del fuero Penal Económico.
El motivo del cónclave –según informó el diario Tiempo Argentino– habría sido acordar el protocolo de la inminente “entrega controlada”.
Miradas al Sur pudo confirmar que en esa oportunidad los visitantes españoles solicitaron a las autoridades argentinas que “por nada en el mundo efectúen trabajos de inteligencia u operativos sobre las personas sospechadas”.
Los perturbaba el antecedente de la llamada Operación Strawberry, ocurrida en 1977, en donde la poco oportuna intervención de la Bonaerense malogró una “entrega controlada” de la DEA y la policía alemana en Hamburgo.
Ahora, mientras en Barcelona avanza la pesquisa del frustrado contrabando en medio del hermetismo impuesto por el juez de la causa, su colega argentino Alejandro Catania deberá investigar la red local compuesta por funcionarios y miembros de la Fuerza Aérea que intervinieron como cómplices del asunto.
En tanto, los tres hijos de brigadieres ya se aclimatan a su nuevo hogar, la Cárcel Modelo de Barcelona.
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Las negritas y cursivas y algunos enlaces no pertenecen al texto original. Son un modo de destacar y facilitar
1 comentario:
Que manera de decir pelotudeces!!!
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