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17.1.07

Corruptos disfrazados de periodistas GOMEZ JUAN ESTAFADOR Y TRAIDOR

El domingo por la noche

El periodista Mario Otero fue agredido por el chantajista responsable del pasquin amarillo El Popular ,el inescrupuloso JUAN GOMEZ
No se piedra los comentarios del final del artículo de Gustavo Senn y Gustavo Heredia
San Luis (Pelr) 17-01-07 El periodista Mario Otero sufrió una cobarde agresión por parte del propietario del diario El Popular, Juan Gómez, quien el domingo a las 23 horas lo interceptó en la intersección de Aristóbulo del Valle e Italia y lo atacó por la espalda. "Yo caminaba por Italia hacia Aristóbulo del Valle cuando noto que detrás mío una persona viene agazapada caminando pegado a la pared y me grita: "A vos te ando buscando". Lo primero que pensé es que me estaban asaltando y ni se me cruzó por la cabeza que fuera Juan Gómez que venía a pegarme. Se me tira encima, me empuja y al darme vuelta recibo un golpe en la boca, que me lastima el labio, presumo que con un anillo. Ya en la luz veo a Gómez que me seguía insultando y le digo "Vos sos un tarado, como pensás que voy a pelear con vos", agarré mis cosas y seguí caminando", contó Otero.

Gómez mantiene un viejo rencor con el periodista de Radio Universidad, debido a que Otero, luego del manoseo político al que Gómez sometiera a su pequeña publicación, se negara a leer los titulares en el programa que conduce, incluso Gómez ya protagonizó varios altercados lamentables con la producción del programa cuando llamaba con la intención de insultar al periodista. Gómez trató incluso de presionar al Rector de la Universidad, mediante una nota, para que este obligara a Otero a leer los titulares.

En su inicio El Popular fue visto como un proyecto con futuro desde el punto de vista de la calidad de los periodistas que conformaron el primer equipo, como por ejemplo Pablo Oro y Ayelen Britos, pero engolosinado por el prematuro éxito, Gómez se deshizo de ellos, sin pagarles el trabajo realizado, y comenzando un derrotero de mendicidad por cuánto sector político salió a su paso. Intentó venderle la dudosa publicación a Walter Ceballos, cuando este era funcionario del gobierno de De la Rúa, para lo que durante un tiempo se deshizo en elogios a favor del ex secretario de Provincias. Visto que Ceballos no era tonto, y no estaba dispuesto a pagar 30 mil dólares por un diario sin equipo de trabajo -lo editan solo Gómez y un hermano de este-, sin rotativa y sin una tirada garantizada, Gómez comenzó con la consabida defenestración del por entonces principal referente radical.

A la intemperie, ya que fue echado por no pagar el alquiler del local que ocupaba, y sin donde imprimir, porque a la imprenta tampoco le pagó, Gómez comenzó a transar a precio de remate la, por llamarle de alguna manera, línea editorial de su publicación. Quién primero prestó auxilio al desgraciado periodista fue Sergio Scarpatti, quien le facilitó una fotoduplicadora para que saliera del paso. La yunta no duró y Scarpatti huyó despavorido del catastrófico manejo periodístico y de los horrores de ortografía (historia sin h en tapa por ejemplo).

Una canción dice "Porque todos los finales son el mismo repetido", y Gómez no es ajeno a este principio. Scarpatti lo echó del local que ocupaba, e incluso le cambió la cerradura. Sin fotoduplicadora ni refugio alguno, pidió asilo en el ARI, cuyos principales referentes, Jorge Jofré y Fernando Terranova, comenzaron a conocer los estragos del autodenominado "periodismo independiente". Jofré y Terranova le subsidiaron el papel y la tinta e incluso adquirieron una fotoduplicadora para que el mermado y poco confiable diario siguiera en la calle. Como era de esperar la relación terminó mal debido, como en las demás ocasiones, al descalabro editorial producido por transas de momento y por algún criterio rayano con el mal gusto.

Finalmente apareció un necesitado Juan Carlos Velasco, que ante la desconfianza y los reparos que su figura suscita, tomó el diario El Popular como una desvencijada tribuna para ajustar cuentas con su multitud de enemigos, a cambio de un sostén económico que le permite a Gómez vivir de una publicación a la que la comunidad hace mucho que le dió la espalda.

Informe: Gustavo Heredia
flac0heredia
Fuente periodistasenlared.com.ar

3 comentarios:

CONTROL POPULAR ARGENTINO dijo...

Algo está pasando
Las agresiones solo favorecen al poder
San Luis (Pelr) 17-01-07. Imagino a los dueños del poder disfrutando tras los visillos. El enfrentamiento no sólo llegó a los políticos, sino también a los periodistas que aunque no hayan estado codo a codo, tenían una visión crítica de los acontecimientos y los miraban desde el mismo lugar, aunque con posiciones diferentes. Estos acontecimientos nos exponen ante la sociedad y, de alguna manera, genera una sombra de desconfianza en la tarea que realizamos.
¿Qué nos llevó? ¿quién nos llevó? o ¿cómo nos dejamos llevar a esta situación?. Debería ser motivo de un análisis profundo y meduloso.
La agresión de Juan Gómez a Mario Otero -más allá de las diferencias que puedan haber existido entre ellos- no tiene ningún justificativo. Nada debería -en nombre de la libertad de prensa- hacer pensar que se puede obligar al otro a que piense como uno o que haga lo que uno quiere. Y ese parece haber sido el error que lo llevó a Gómez a actuar como actuó. No existe razón para obligar a otro a que, por ejemplo, lea los títulos de su periódico en su programa radial.
Pero, también me permito, culminado el punto de la agresión, que repudio con todas las letras, disentir con mi compañero de equipo, Gustavo Heredia, que en este mismo sitio web carga muy duro contra El Popular y sus propietaros.
Fue punto de discusión el contenido de la nota que antecede a la presente y en defensa de la libertad de expresión que propugnamos desde Periodistas en la red, es que fue publicada hoy sin modificar siquiera una coma.
Quien alguna vez ha tenido la responsabilidad de conducir un medio periodístico y tener que hacer frente a las erogaciones que produce, con un magro ingreso, sabe muy bien que no es tarea fácil. Y a El Popular nada le fue fácil. Con un esfuerzo que roza el estoicismo, Juan Gómez ha logrado permanecer con su diario todo este tiempo, muchas veces con la "ayuda" interesada de algunos sectores políticos, que a la vuelta de la esquina le pasaron la factura.
Pero también hay que decirlo, que a pesar de los errores y los aciertos de la publicación, nadie podrá decir que Gómez se enriqueció indebidamente con su diario; es más, hasta se podría asegurar que apenas permanece en la línea de supervivencia. Debió vender su auto para pagar la imprenta que había conseguido presuntamente por un "favor" político. No era un Mercedes Benz, sino un vetusto Ford Gálaxi.
Quizá -no me consta- no haya hecho frente a sus obligaciones como empleador, pero ¿cómo se hace para cumplir, cuando la recaudación apenas alcanza para el papel?. Y de eso soy testigo, El Popular se imprimió hasta en papel de envolver. El papel de "astraza" sirvió de soporte para poder seguir saliendo.
Cómo es posible competir con el multimedios oficialista, cuando además de "tener la vaca atada" de la publicidad oficial -con cifras de cinco ceros- ni siquiera pagan ingresos brutos, porque han hecho una ley a medida para eximirlos de esa responsabilidad tributaria. Y el resto, nosotros, "los hijos de la pavota", tenemos que presentar un libre deuda de Rentas para poderle facturar una publicidad a cualquier órgano de gobierno.
Cómo se puede crecer y afrontar las responsabilidades ante los empleados, si la sociedad -y hablo de comerciantes privados- no apuesta una ficha a la prensa independiente. El que no se ataja diciendo que tiene un contrato con la Provincia, arguye que publicitar en El Diario de la familia gobernante es más barato. Seguramente que puede ser así, si el periódico de marras está subvencionado por el Estado y la publicidad privada es solo una extra.
Y al hablar de los sectores políticos opuestos a la hegemonía gobernante -que también son parte del Poder- pretenden un alineamiento a pie juntillas a sus designios. No se diferencian demasiado de lo que critican.
Nada justifica la trompada de Gómez a Otero, tampoco se explica la agresión de Juan Gutierrez con Hugo Pitavino, aunque esta pueda tener otra raíz. Pero más que el síndrome de abstención del que habla Gustavo Heredia en su nota, lo que parece estar dividiendo las aguas entre los periodistas es la nefasta visión de la política que tienen nuestros gobernantes -de ambos signos- que prefieren que no exista la prensa independiente y tenerlos como prensa adicta, bajo la velada amenaza de la inanición permanente.
Ya salió de circulación La Opinión, el decano de los diarios de San Luis, comprado y hecho desaparecer por la familia gobernante. Hace muy pocos días -y luego de diez años de labor- dejó de salir Noticias de Radio. Antes habían dejado de circular "El Decamerón de los periodistas" que dirigía el propio Otero, "Contracara", la revista que fue un emprendimiento conjunto de Enrique Lencina, Osvaldo Martínez y Belén Avila. La lista es más larga aún, sólo hay que hacer memoria.
Los periodistas deberíamos sentarnos a reflexionar qué nos pasa y dónde está nuestro enemigo y también nuestro talón de Aquiles, para enojarnos con quienes realmente debemos y exigir lo que nos corresponde. Sino, seguramente terminaremos todos a las piñas y detrás de los visillos, los dueños del poder, disfrutando, porque "a rio revuelto, ganancia de pescadores". Eso lo saben muy bien los que aplican a cada instante el "divide y reinarás".
Informe: Gustavo Senn
gustavosenn@argentina.com

CONTROL POPULAR ARGENTINO dijo...

Otra más

También el periodista Juan Gutiérrez golpeó a Hugo Pitavino
San Luis (Pelr) 17-01-07 El periodista Hugo Pitavino denunció al, también periodista Juan Gutiérrez de haberlo interceptado en la calle Belgrano, entre Rivadavia y San Martín, y que luego de insultarlo lo golpeó en el rostro. El hecho ocurrió ayer a la mañana en pleno centro y a la vista de los transeúntes, cuando Gutiérrez increpó a Pitavino por algunos supuestos agravios proferidos desde el programa que conduce desde hace dos meses. "Vino y se me paró delante, yo ni lo conozco, y me empezó a insultar acusándome de difamarlo por la radio, repito que ni lo conozco y mientras me insultaba me tiró un golpe al rostro", relató Pitavino, quien ayer al mediodía analizaba la posibilidad de iniciar acciones legales contra Gutiérrez.

El gremio ha enloquecido
No hace mucho, luego de una conferencia de prensa, Sandra Araujo, cansada de las bajezas de Juan Gómez, lo encaró y le propinó un certero cross de derecha en pleno rostro.

Luego la presunta periodista Mónica Rosales, hija del controvertido concejal, la emprendió a puntapiés e insultos contra quién esto escribe. Mónica Rosales era por entonces la encargada de prensa del Concejo Deliberante y quién debía facilitar a los colegas el seguro ejercicio de la profesión. Al día siguiente de la escandalosa sesión del pasado 10 de diciembre Carlos Ortiz, quién también jura que es periodista, se alegraba y justificaba la agresión al autor de estas líneas diciendo que era merecida "por adolfista", olvidando su propio pasado.

Ahora sucede el ataque contra Otero a manos de Juan Gómez, que ante la carencia de argumentos acude a los golpes, y no salimos de nuestro asombro por lo ocurrido, que sucede la trifulca entre Gutiérrez y Pitavino. Definitivamente el gremio de prensa sufre de una especie de síndrome de abstinencia que, ante la ausencia de aprites policiales o de otro tipo, ha llevado a los reporteros a trompearse entre sí.

Che Olivares salí pajuera que testoy esperando...

Informe: Gustavo Heredia
flac0heredia@yahoo.com.ar

Anónimo dijo...

Un Zaino Maula
El Juan Gomez pasará a la historia como el malevo traicionero del que hablaba Borges que guarecido en las sombras de una esquina acuchaillaba al transeunte por unas monedas.
La falta de un "medio independiente" fue el anzuelo con el que atrajo a incautos,pero "el que mal anda mal acaba".
Con esta PUBLICIDAD será suficiente para que los 28 ejemplares de papel sucio que editaba,sea un triste recuerdo para todos.
Sofanor Gomez

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