¿ERA MEJOR LA GENTE DE ANTES?

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OPINIONES


La calle de la vida



Por Nino Romero



Rufino Pedernera tiene 83 vitales años, y con su esposa Elba viven desde 1970 en la localidad de Potrero de los Funes, donde juntos atienden un tradicional negocio que les pertenece ubicado en el centro del pueblo.

La vida los ha sometido a dolorosas pruebas a las que han sobrevivido con amor y “no solamente hemos tenido que criar a nuestros hijos, sino que también a Dios gracias podemos estar con nuestros nietos y ahora los bisnietos”, me comentaban ambos con una dulce sonrisa en sus rostros y un bebé en brazos.

El pasado jueves a la medianoche una feroz tormenta de lluvia, viento y granizo castigó a Potrero de los Funes provocando innumerables inconvenientes.

El viernes, muy temprano, pude ver detenidamente cómo Rufino salió de su casa y se dirigió a una calle que nace al lado de su propiedad.

Con mucha dedicación comenzó a levantar las ramas caídas de los árboles, sacó piedras que había arrastrado el agua y no dejó de trabajar hasta que la calle quedó impecable, como está todos los días y como había estado hasta que llegó la tormenta.

El no se dio cuenta que lo estaba mirando.

A esta altura, cualquiera que está leyendo esta historia puede pensar que es un ejemplo de vecino por su actitud de solidaridad: después de una tormenta ponerse a limpiar la calle. Por supuesto que así es. Es un excelente vecino.

Pero esta calle no es una calle cualquiera.

Es la calle de la vida.

Porque esta calle se llama “Andrés Atilio Pedernera”, el nombre de un periodista apasionado del automovilismo, que es el hijo de Rufino y Elba, y murió en un accidente durante una carrera de la que participaba.

Disculpen porque cuando hago referencia a personas que han fallecido no me acostumbré a utilizar la palabra “era”. Para mí los que se fueron de este mundo terrenal “siguen siendo”.

Con muy buen criterio, se decidió recordar y homenajear para siempre al recordado “Loro” Pedernera imponiendo su nombre a una calle que nace al lado de la casa de sus padres, donde él también se crió.

Por eso, mientras lo veía a Rufino limpiar con tanto amor esa calle, imaginé que para él representa “la calle de la vida”.

Porque seguramente caminando con su señora o con su mirada, la recorrerá todos los días. Pero no va solo, porque a su lado va Andrés.

Por eso pienso que para Rufino representa “La Calle de la Vida”.

Porque por allí andan todos. Los que están y los que no están.

Fuente Diario de la Republica