El Mani Pulite terminó con la Primera República Italiana
"Estos te limpian". "Sí, terminás en una zanja."
"El mercado es éste y el negocio éste es así en la Argentina. De ahora en más es así, por lo menos en esta etapa va a ser siempre así, entonces o vamos así y somos prolijos y lo hacemos bien o no laburamos. Pero no podemos hacer chanchadas como las que hicimos, que sí, que no, que vamos, que coqueteamos con los mafiosos y después nos queremos bajar, nos queremos salir." (No, en tal caso) "Estos te limpian". "Sí, terminás en una zanja."
Podría ser uno de los tantos famosos y logrados diálogos de El Padrino . Pero no, ya se sabe que es un estracto de la fértil conversación entre el auditor interno y un ejecutivo (ahora ex) de la ya famosa empresa Skanska, cuyo hallazgo y desgrabación derivó en la apresurada expulsión de dos hombres del Gobierno hace 72 horas.
La charla no podría ser más didáctica.
Por eso, conviene pararse acá, no hace falta seguir con el resto, con los apodos, con los nombres (de las personas, de las empresas, de los entes oficiales, de las provincias, de los países), con los métodos, con los ejemplos y con los detalles de este escándalo.
Por primera vez, aparecen por escrito cosas que nunca se habían visto, pero siempre sospechado. Con la excepción del decreto en prosa de gacetilla publicitaria, mezclada con primicia periodística, que de tanta originalidad nunca nadie lo hubiera imaginado. Ese es el mérito de este caso, paradigmático y pionero también en muchos otros aspectos.
Al fin y al cabo, lo que dicen los dos ejecutivos es que lo que ocurrió con Skanska no es un hecho aislado, sino una forma de hacer negocios con el Estado. Un método. Y no es una charla para excusarse ante una cámara de TV ni ante un tribunal de la moral y las buenas costumbres. El tono es descarnadamente descriptivo y pedagógico, algo así como "esto es lo que hay, valor", como dirían en cualquier café de cualquier barrio, donde un buscavidas le enseña los secretos de su oficio a un aprendiz. Sin juicios de valor.
Y nadie salió a desmentirlos. No se escuchó a empresas ni cámaras empresarias cuyos afiliados negocian con el Estado (nacional, provincial, municipal) que hayan manifestado su "rechazo, sorpresa e indignación por afirmaciones tan alejadas de la realidad". Parece que es cierto nomás, que "es lo que hay" y que no es de ahora. Tampoco hubo políticos, especialmente del oficialismo, que se escandalizaran por la descripción del método de lubricación rápida Skanska. El mismo que, al decir del jefe de Gabiente, hizo "perder el invicto a este Gobierno". Apenas hubo defensas puntuales. Nadie desmintió la metodología.
Y la metodología parece exactamente la misma que hace 15 años se puso al descubierto en Italia y empezó con el ocaso de varias generaciones de políticos y empresarios que dominaban el país. Hace 15 años se desató lo que luego pasó a la historia como el Mani Pulite, el operativo "manos limpias" (expresión que le gusta usar al Presidente), que desnudó la extendida y promiscua trama de corrupción que unía desde hacía décadas a políticos y empresarios de la península hasta convertirse en un verdadero sistema político, económico, social y cultural.
El Mani Pulite terminó con la Primera República, que entonces perdió su honorable nombre para llamarse Tangentopolis , La Ciudad de la Coima. Ni más, ni menos. El operativo, vale recordarle, empezó con el empeño y la tenacidad de un fiscal, Antonio Di Pietro, que se animó a seguir hasta el final el hilo de una madeja encontrada casi por casualidad y que nunca se dejó tentar ni se vinculó improcedentemente con el poder político. Y si el caso prosiguió y llegó a cambiar la historia contemporánea de Italia fue, además, gracias a los allanamientos y las confesiones de empresario quebrados. ¿Habrá algún parecido con el caso que instruye el juez Javier López Biscayart?
¿Estamos en puertas de otro Mani Pulite?
¿La Justicia se animará a investigar los "Lave Rap"?
"Estos te limpian". "Sí, terminás en una zanja."
"El mercado es éste y el negocio éste es así en la Argentina. De ahora en más es así, por lo menos en esta etapa va a ser siempre así, entonces o vamos así y somos prolijos y lo hacemos bien o no laburamos. Pero no podemos hacer chanchadas como las que hicimos, que sí, que no, que vamos, que coqueteamos con los mafiosos y después nos queremos bajar, nos queremos salir." (No, en tal caso) "Estos te limpian". "Sí, terminás en una zanja."
Podría ser uno de los tantos famosos y logrados diálogos de El Padrino . Pero no, ya se sabe que es un estracto de la fértil conversación entre el auditor interno y un ejecutivo (ahora ex) de la ya famosa empresa Skanska, cuyo hallazgo y desgrabación derivó en la apresurada expulsión de dos hombres del Gobierno hace 72 horas.
La charla no podría ser más didáctica.
Por eso, conviene pararse acá, no hace falta seguir con el resto, con los apodos, con los nombres (de las personas, de las empresas, de los entes oficiales, de las provincias, de los países), con los métodos, con los ejemplos y con los detalles de este escándalo.
Por primera vez, aparecen por escrito cosas que nunca se habían visto, pero siempre sospechado. Con la excepción del decreto en prosa de gacetilla publicitaria, mezclada con primicia periodística, que de tanta originalidad nunca nadie lo hubiera imaginado. Ese es el mérito de este caso, paradigmático y pionero también en muchos otros aspectos.
Al fin y al cabo, lo que dicen los dos ejecutivos es que lo que ocurrió con Skanska no es un hecho aislado, sino una forma de hacer negocios con el Estado. Un método. Y no es una charla para excusarse ante una cámara de TV ni ante un tribunal de la moral y las buenas costumbres. El tono es descarnadamente descriptivo y pedagógico, algo así como "esto es lo que hay, valor", como dirían en cualquier café de cualquier barrio, donde un buscavidas le enseña los secretos de su oficio a un aprendiz. Sin juicios de valor.
Y nadie salió a desmentirlos. No se escuchó a empresas ni cámaras empresarias cuyos afiliados negocian con el Estado (nacional, provincial, municipal) que hayan manifestado su "rechazo, sorpresa e indignación por afirmaciones tan alejadas de la realidad". Parece que es cierto nomás, que "es lo que hay" y que no es de ahora. Tampoco hubo políticos, especialmente del oficialismo, que se escandalizaran por la descripción del método de lubricación rápida Skanska. El mismo que, al decir del jefe de Gabiente, hizo "perder el invicto a este Gobierno". Apenas hubo defensas puntuales. Nadie desmintió la metodología.
Y la metodología parece exactamente la misma que hace 15 años se puso al descubierto en Italia y empezó con el ocaso de varias generaciones de políticos y empresarios que dominaban el país. Hace 15 años se desató lo que luego pasó a la historia como el Mani Pulite, el operativo "manos limpias" (expresión que le gusta usar al Presidente), que desnudó la extendida y promiscua trama de corrupción que unía desde hacía décadas a políticos y empresarios de la península hasta convertirse en un verdadero sistema político, económico, social y cultural.
El Mani Pulite terminó con la Primera República, que entonces perdió su honorable nombre para llamarse Tangentopolis , La Ciudad de la Coima. Ni más, ni menos. El operativo, vale recordarle, empezó con el empeño y la tenacidad de un fiscal, Antonio Di Pietro, que se animó a seguir hasta el final el hilo de una madeja encontrada casi por casualidad y que nunca se dejó tentar ni se vinculó improcedentemente con el poder político. Y si el caso prosiguió y llegó a cambiar la historia contemporánea de Italia fue, además, gracias a los allanamientos y las confesiones de empresario quebrados. ¿Habrá algún parecido con el caso que instruye el juez Javier López Biscayart?
Claudio A. Jacquelin
cjacquelin@lanacion.com.ar
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