¿Un "conchavo" como cualquier otro?
Por favor lea esto :
En los tribunales de La Plata se han asignado empleados "especiales" para entender en los Recursos de amparo de todos los Magistrados y funcionarios de la Prov. de Bs. As., donde reclaman la "intangibilidad" de sus remuneraciones.
Así que no le sorprenda que "los de acá" hagan lo mismo.-
Esto ,"la justicia",es un conchavo como cualquier otro,un puesto de trabajo más,solo falta que se encadenen cuando los echen por vagos y mal entretenidos.
Ya va a tronar el escarmiento.
Todo llega .....si hay JUSTICIA
Perejiles, por suerte
Afortunadamente, existen los perejiles.
Para el bien de todo el mundo existen, para que alguien pague y todos queden tranquilos y el mundo pueda seguir funcionando como funciona, intocable.
Por suerte existen los perejiles, el que va a la cárcel y allí queda encerrado por cuatro años por un crimen que no cometió, elegido al azar por su cara y su pobreza, inocente de pies a cabeza, pero que cuadra perfecto para dejar satisfecha la demanda de justicia.
Gracias al cielo existen los perejiles, los que llevan en su bolsillo un cigarrillo de marihuana para consumo personal y son detenidos y procesados para que los paladines de la Justicia puedan mostrarle a la sociedad la eficiencia con la que trabajan, y no se les recrimine que no están haciendo nada para luchar contra el narcotráfico.
Dichosamente existen los perejiles, a los que se les arranca su nombre y apellido para que los titulares de los diarios y los noticieros tengan un nombre y apellido que darle al público, deseoso de conocer al criminal del caso policial de moda.
El lector inocente
Afortunadamente existen los perejiles, para que no se toque lo que no se toca.
Para bien de todo el mundo existen, para que el mundo descargue en ellos todas sus culpas, para que no se diga que falla el funcionamiento, para que no haya lugar a reproches y pueda seguir funcionando como funciona, despojado de responsabilidades, libre de culpa y cargo.
Por suerte existen los perejiles, los que van a morir a las guerras que los que no son ningunos perejiles diseñan, inventan, ordenan, y disfrutan vivitos y coleando de las ganancias que éstas producen.
Gracias al cielo existen los perejiles para tener al día todos sus impuestos, para tener en blanco a todos sus empleados, para respetar la integridad humana del prójimo, para recibir todas las inspecciones posibles y para dejar tranquilos a los que no son ningunos perejiles y hacen todo lo que quieren con sus números, con sus operaciones, con sus empleados.
Dichosamente existen los perejiles que se trompean en las canchas de fútbol para ser señalados como los responsables excluyentes de la violencia, y así se libre al mundo de perseguir a los grandes mafiosos del fútbol, a los que no son ningunos perejiles, que por arte de magia siempre quedan despegados de toda sospecha.
Por suerte existen los perejiles, los ladrones de gallinas que hacen bulto en las cárceles para que no se vea que están vacías de grandes delincuentes de guante blanco.
Afortunadamente existen los perejiles, para que no se toque lo que no se toca.
Para el bien del mundo existen los perejiles, los eslabones más débiles de la cadena, para que la cadena no se note, para que la cadena quede disimulada, y el mundo pueda seguir funcionando como funciona, con las manos limpias, libre de culpas, liviano de responsabilidades, absuelto de cualquiera de los males que existan, inocentes de todo.
Por Mex Urtizberea Para LA NACION
Por favor lea esto :
En los tribunales de La Plata se han asignado empleados "especiales" para entender en los Recursos de amparo de todos los Magistrados y funcionarios de la Prov. de Bs. As., donde reclaman la "intangibilidad" de sus remuneraciones.
Así que no le sorprenda que "los de acá" hagan lo mismo.-
Esto ,"la justicia",es un conchavo como cualquier otro,un puesto de trabajo más,solo falta que se encadenen cuando los echen por vagos y mal entretenidos.
Ya va a tronar el escarmiento.
Todo llega .....si hay JUSTICIA
Perejiles, por suerte
Afortunadamente, existen los perejiles.
Para el bien de todo el mundo existen, para que alguien pague y todos queden tranquilos y el mundo pueda seguir funcionando como funciona, intocable.
Por suerte existen los perejiles, el que va a la cárcel y allí queda encerrado por cuatro años por un crimen que no cometió, elegido al azar por su cara y su pobreza, inocente de pies a cabeza, pero que cuadra perfecto para dejar satisfecha la demanda de justicia.
Gracias al cielo existen los perejiles, los que llevan en su bolsillo un cigarrillo de marihuana para consumo personal y son detenidos y procesados para que los paladines de la Justicia puedan mostrarle a la sociedad la eficiencia con la que trabajan, y no se les recrimine que no están haciendo nada para luchar contra el narcotráfico.
Dichosamente existen los perejiles, a los que se les arranca su nombre y apellido para que los titulares de los diarios y los noticieros tengan un nombre y apellido que darle al público, deseoso de conocer al criminal del caso policial de moda.
El lector inocente
Afortunadamente existen los perejiles, para que no se toque lo que no se toca.
Para bien de todo el mundo existen, para que el mundo descargue en ellos todas sus culpas, para que no se diga que falla el funcionamiento, para que no haya lugar a reproches y pueda seguir funcionando como funciona, despojado de responsabilidades, libre de culpa y cargo.
Por suerte existen los perejiles, los que van a morir a las guerras que los que no son ningunos perejiles diseñan, inventan, ordenan, y disfrutan vivitos y coleando de las ganancias que éstas producen.
Gracias al cielo existen los perejiles para tener al día todos sus impuestos, para tener en blanco a todos sus empleados, para respetar la integridad humana del prójimo, para recibir todas las inspecciones posibles y para dejar tranquilos a los que no son ningunos perejiles y hacen todo lo que quieren con sus números, con sus operaciones, con sus empleados.
Dichosamente existen los perejiles que se trompean en las canchas de fútbol para ser señalados como los responsables excluyentes de la violencia, y así se libre al mundo de perseguir a los grandes mafiosos del fútbol, a los que no son ningunos perejiles, que por arte de magia siempre quedan despegados de toda sospecha.
Por suerte existen los perejiles, los ladrones de gallinas que hacen bulto en las cárceles para que no se vea que están vacías de grandes delincuentes de guante blanco.
Afortunadamente existen los perejiles, para que no se toque lo que no se toca.
Para el bien del mundo existen los perejiles, los eslabones más débiles de la cadena, para que la cadena no se note, para que la cadena quede disimulada, y el mundo pueda seguir funcionando como funciona, con las manos limpias, libre de culpas, liviano de responsabilidades, absuelto de cualquiera de los males que existan, inocentes de todo.
Por Mex Urtizberea Para LA NACION
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