Ecos de un congreso sobre el agro
Los grandes cambios productivos en el agro estuvieron asociados a tres eras claramente diferenciadas.
La primera fue la "era extensiva", donde la productividad del sector rural aumentó en todo el mundo en respuesta al avance de la agricultura sobre tierras naturales no explotadas hasta entonces.
La segunda fue la "era intensiva", que se inició una vez terminada la Segunda Guerra Mundial y que responde al denominado "modelo agrícola de la Revolución Verde", basado en el uso intensivo de insumos de alto impacto sobre la productividad, como la genética de alto rendimiento, los fertilizantes, los plaguicidas, la maquinaria y el riego. "De muy alta eficacia productiva, dejó secuelas ambientales inquietantes que no han sido totalmente resueltas", advirtió Viglizzo.
La tercera etapa corresponde a lo que el disertante dijo que se podría calificar como la "era de la precisión", que plantea un modelo "sin tener tal vez un impacto cuantitativo tan alto sobre la productividad, sí lo tendrá sobre aspectos relacionados con el ambiente, la bioseguridad y la salud humana".
La conclusión de Viglizzo fue que el compromiso social de las empresas no se reducirá sólo a producir alimentos, fibras y energía, sino también a participar en el diseño de un espacio rural multifuncional que provea bienes y servicios ecológicos y ambientales a la sociedad".
La intensificación
En tanto, Pablo Calviño, coordinador del Plan Nacional de Intensificación Agrícola de Aacrea, resumió que en los últimos años, la intensificación ha sido uno de los cambios más importantes en los sistemas productivos agrícolas, aumentando la eficiencia de la utilización de la tierra, que en general es el recurso más limitante.
Según el asesor "la agriculturización masiva nos lleva a la necesidad de preocuparnos por ser eficientes en la producción de biomasa, pensando en la sustentabilidad"
Por su parte Martín Oesterheld, investigador del Instituto de Investigaciones Fisiológicas y Ecológicas de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, se refirió a la sustentabilidad de los ecosistemas agropecuarios y llamó la atención sobre los problemas ambientales.
"La sustentabilidad ambiental es más necesaria que nunca y la ecología parece particularmente llamada, entre las ciencias, a proveerle el marco teórico", explicó el disertante.
Oesterheld agregó que si bien este es un tema controvertido y bajo investigación en estos momentos, está bastante claro que en muchas situaciones una mayor diversidad conduce a una mayor estabilidad de los ecosistemas ante perturbaciones como, por ejemplo, sequías.
"La pérdida de biodiversidad, al concentrarse sólo en unos pocos cultivos, genera vulnerabilidad; la aparición de sorgo de Alepo tolerante a glifosato es un ejemplo de ello", indicó el investigador.
Oesterheld concluyó que "los ecosistemas pueden presentar saltos, a veces inexplicables, hacia un estado cualitativamente diferente como una sequía, una inundación, un incendio o la invasión de una maleza".
La primera fue la "era extensiva", donde la productividad del sector rural aumentó en todo el mundo en respuesta al avance de la agricultura sobre tierras naturales no explotadas hasta entonces.
La segunda fue la "era intensiva", que se inició una vez terminada la Segunda Guerra Mundial y que responde al denominado "modelo agrícola de la Revolución Verde", basado en el uso intensivo de insumos de alto impacto sobre la productividad, como la genética de alto rendimiento, los fertilizantes, los plaguicidas, la maquinaria y el riego. "De muy alta eficacia productiva, dejó secuelas ambientales inquietantes que no han sido totalmente resueltas", advirtió Viglizzo.
La tercera etapa corresponde a lo que el disertante dijo que se podría calificar como la "era de la precisión", que plantea un modelo "sin tener tal vez un impacto cuantitativo tan alto sobre la productividad, sí lo tendrá sobre aspectos relacionados con el ambiente, la bioseguridad y la salud humana".
La conclusión de Viglizzo fue que el compromiso social de las empresas no se reducirá sólo a producir alimentos, fibras y energía, sino también a participar en el diseño de un espacio rural multifuncional que provea bienes y servicios ecológicos y ambientales a la sociedad".
La intensificación
En tanto, Pablo Calviño, coordinador del Plan Nacional de Intensificación Agrícola de Aacrea, resumió que en los últimos años, la intensificación ha sido uno de los cambios más importantes en los sistemas productivos agrícolas, aumentando la eficiencia de la utilización de la tierra, que en general es el recurso más limitante.
Según el asesor "la agriculturización masiva nos lleva a la necesidad de preocuparnos por ser eficientes en la producción de biomasa, pensando en la sustentabilidad"
Por su parte Martín Oesterheld, investigador del Instituto de Investigaciones Fisiológicas y Ecológicas de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, se refirió a la sustentabilidad de los ecosistemas agropecuarios y llamó la atención sobre los problemas ambientales.
"La sustentabilidad ambiental es más necesaria que nunca y la ecología parece particularmente llamada, entre las ciencias, a proveerle el marco teórico", explicó el disertante.
Oesterheld agregó que si bien este es un tema controvertido y bajo investigación en estos momentos, está bastante claro que en muchas situaciones una mayor diversidad conduce a una mayor estabilidad de los ecosistemas ante perturbaciones como, por ejemplo, sequías.
"La pérdida de biodiversidad, al concentrarse sólo en unos pocos cultivos, genera vulnerabilidad; la aparición de sorgo de Alepo tolerante a glifosato es un ejemplo de ello", indicó el investigador.
Oesterheld concluyó que "los ecosistemas pueden presentar saltos, a veces inexplicables, hacia un estado cualitativamente diferente como una sequía, una inundación, un incendio o la invasión de una maleza".
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