Dos meses y medio después del asesinato del policía Aldo Garrido, Débora Acuña y Ernesto Daniel Luque, la pareja acusada por el homicidio que conmocionó a San Isidro, serán sometidos a juicio.
Según informaron fuentes judiciales, a principios de mayo comenzará el proceso oral y público contra ambos imputados, quienes, en la etapa de instrucción, confesaron su participación en el asesinato.
Según informaron fuentes judiciales, a principios de mayo comenzará el proceso oral y público contra ambos imputados, quienes, en la etapa de instrucción, confesaron su participación en el asesinato.
El juicio estará a cargo del tribunal oral criminal N° 5, de San Isidro, integrado por los jueces Ariel Introzzi Truglia, Raúl Neu y Mario Kohan, quien, cuando era fiscal, investigó al empresario Horacio Conzi por el asesinato del joven Marcos Schenone, ocurrido en enero de 2003.
El fiscal Diego Callegari, quien encabezó el grupo de investigadores designado por el fiscal general de San Isidro, Julio Novo, para que siguieran el caso imputó a la pareja detenida por homicidio doblemente calificado por criminis causa y porque la víctima era un miembro de una fuerza de seguridad.
De ser hallada culpable del delito que le imputan, la pareja podría ser condenada a prisión perpetua.
Garrido, de 61 años, fue asesinado el 17 del mes pasado, cuando quiso evitar un asalto al local de venta de ropa masculina situado en Chacabuco 361, a la vuelta de los tribunales de San Isidro.
A partir de los peritajes y de las confesiones de los imputados, se determinó que Garrido fue herido, primero, de un tiro supuestamente disparado por Luque y, después, por dos balazos disparados por la mujer.
"Como el policía se dio cuenta de que algo raro pasaba y que estaban asaltando el negocio, salí de uno de los probadores, donde tenía a las dos vendedoras, le apoyé el revólver en el estómago y le disparé dos balazos. Como no caía y seguía forcejeando, mi mujer le sacó el arma y le pegó dos tiros en la espalda", le dijo Luque al fiscal Callegari.
La versión de Luque fue ratificada por su pareja, quien, ante el fiscal, relató: "Entre Daniel y yo agarramos al policía para evitar que pudiera atraparnos. Entonces, Daniel le disparó al cuerpo, y yo le saqué la pistola de la cintura y le disparé dos tiros".
Acuña está embarazada y su defensor presentaría un pedido para que se le otorgue el beneficio de la prisión domiciliaria.
Esa solicitud se fundaría en la ley 26.472, que entró en vigor el 20 de enero pasado, que estableció que el juez podrá conceder la prisión domiciliaria a la mujer embarazada o a la madre de un niño menor de cinco años.
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